Esta es la historia de la terrible tormenta de San Francisco de Borja que casi destruye La Habana

miércoles, 9 de mayo de 2018

En Cuba se recuerdan pavorosos ciclones que causaron incontables daños materiales y numerosas víctimas. Desde el ciclón del 26, pasando por el que provocó el ras de mar de Santa Cruz del Sur, hasta las terribles inundaciones del Flora, los habitantes de la Isla hasta el día de hoy discuten cuál ha sido el más terrible. Sin embargo, sea cuál sea el peor, entre los más horrendos se cuenta la terrible tormenta de San Francisco de Borja, que en octubre de 1846 casi destruyó La Habana.

El ciclón que atravesó el occidente de Cuba proveniente del mar Caribe con rumbo norte es uno de los más extraordinarios que ha azotado la Isla en la historia.

Los estudios meteorológicos afirman que pudo alcanzar la categoría cinco en la escala Saffir-Simpson con vientos superiores a los 250 km por hora. Pero si algo lo hizo particularmente terrible fue el hecho de que cruzó directamente sobre La Habana, el mayor núcleo de población de Cuba.

Este sería el mayor huracán que sufriera la ciudad desde su fundación y los habaneros lo sufrieron con pánico y asombro, pues no se recordaba nada igual.

La mayor parte de los fallecidos que dejó el meteoro fueron por causa de los numerosos derrumbes que la fuerza de los vientos provocó en la ciudad.

En total la terrible tormenta de San Francisco de Borja derribó más de tres mil casas en La Habana y destruyó por completo diez grandes edificios de piedra (considerados entre los más sólidos) dañando gravemente a más de veinte.

Casi todas las fortalezas de la ciudad y sus hospitales sufrieron daños de envergadura y decenas de embarcaciones que habían buscado refugio en la bahía en vez de capear el huracán mar afuera se hundieron.

En total la tormenta de San Francisco de Borja causó 175 muertos y más de 70 heridos, sólo en La Habana. En todo el país los fallecidos sumaron 600 y más de 50 000 personas perdieron todos sus bienes.

Sin dudas un desastre colosal para la época.