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El curioso caso de la funeraria cubana en la que no se velan los muertos

Ejemplos en Cuba de malas inversiones sobran para mencionar, pero el de la funeraria de Santa Ana, un pueblito a escasos 18 kilómetros de la ciudad de Matanzas en la que casi no hay velatorios merece ser retratado.



No se velan los muertos en el local, no porque la gente no se muera en Santa Ana o porque exista una maldición sobre la funeraria, sino porque la tradición de despedir a los seres queridos en las casas es tan fuerte en el pueblo que sus vecinos se niegan a cambiar sus costumbres.

En los años que hace que existe la funeraria apenas han pasado por allí unos diez cadáveres y eso porque eran personas sin familia. Los vecinos de Santa Ana, a pesar de los ruegos de Angelito el antiguo administrador del local, se mantienen en sus trece y expresan que si en las casas han despedido a todos sus afectos desde que tienen memoria, nadie les cambiará la costumbre.

Angelito se esforzó todo lo que pudo. En los pocos velatorios que hubo en la funeraria se desvivió por atender a los dolientes, les hizo café, les dio merienda, escogió personalmente las flores para las coronas, rotuló con delicada letra los nombres de los difuntos; pero fue inútil, la gente siguió velando a los muertos en las casas. Finalmente, tras dos preinfartos por el berrinche que le provocaban los vecinos de Santa Ana, se vio obligado a cambiar de trabajo.

La funeraria todavía está allí, vacía la inmensa mayoría de los 365 días del año. Para los vecinos de Santa Ana resulta anacrónica y en más de una reunión de rendición de cuentas han solicitado que la cierren y pongan allí “algo útil”, una cafetería o una sala de rehabilitación porque mantener el local es “botar el dinero” ya que ellos seguirán velando los muertos es las casas, como ha sido siempre.

Fuente: On Cuba

Escrito por | Redacción TodoCuba

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