El Cristo de La Habana se convierte en monumento nacional de Cuba

domingo, 5 de noviembre de 2017

Una de las imágenes más emblemáticas de toda la bahía de La Habana es, sin duda, El Cristo de La Habana, se encuentra en su lugar desde dos semanas antes de la llegada al poder de Fidel Castro, y finalmente fue declarado Monumento Nacional por sus “excepcionales valores artísticos” según informaron diversos medios oficiales.

Esta escultura, realizada por Jilma Madera, y que se alza en el pueblo de Casablanca desde 1958, frente a toda la línea costera de La Habana, mide unos veinte metros y se emplearon más de 300 toneladas de mármol de Carrara para su creación.

Para su declaración como Monumento Nacional de Cuba, se tomó en cuenta su valor artístico junto al hecho de que se trata de un “hito del paisaje de la bahía” de La Habana y un “ícono de alto arraigo popular en la identidad capitalina” según un reporte emitido en la televisión estatal.

Por su parte, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural también valoró la calidad del proceso de restauración que fue concluido a principios del 2013, luego de más de un año de trabajos.

El arte detrás del Cristo de La Habana

La imagen del Cristo de La Habana está compuesta por 67 piezas, y representa a Jesús de Nazaret en pie, con una mano en alto haciendo el gesto de bendecir, y la otra ubicada sobre el pecho; esta escultura fue emplazada en la colina de “La Cabaña”, en el poblado de Casablanca, el 24 de diciembre de 1958, justo quince días antes de la llegada al poder de Fidel Castro una vez que triunfó la revolución cubana.

La artista, Jilda Madera, esculpió esta obra en Italia, donde cada una de las piezas fue bendecida por el Papa Pío XII antes de ser trasladadas a Cuba para su instalación.

El Cristo de La Habana ha sufrido daños ocasionados a descargas eléctricas en varias ocasiones entre las décadas de los 70 y 80, por lo que se tuvo que instalar un pararrayos para poder protegerla en el futuro de estas eventualidades.

Hoy en día se encuentra un parque ubicado a sus pies, desde donde se aprecia una amplia vista de toda la bahía y la ciudad de La Habana, siendo este un sitio de recreación y atracción turística que es visitada cada año por miles de extranjeros cuando van a la isla.