Dos maneras cubanas de preparar los camarones

viernes, 31 de marzo de 2017

Los mariscos son uno de los platos más gustados en todo el mundo. Los camarones, específicamente, gozan de una gran popularidad entre los nacidos en la Isla por su alto contenido nutritivo y su agradable sabor. A continuación, te muestro dos maneras muy cubanas de preparar este plato, ¡apréndete la receta para que la hagas en casa!

Camarones borrachitos

Ingredientes: 880 g de cola de camarón, 75 g de cebolla, 7 ml de jugo de limón, 75 g de mantequilla, 100 ml de ron Carta Blanca. 2 ml de Salsa Tabasco, 75 g de pimientos rojos y verdes asados, 8 ml de vinagre, 5 g de pimienta en grano, 1 hoja de laurel, 4 g de perejil picado, 1,5 litros de agua, pimienta molida y sal al gusto.

Modo de elaboración: hierve los camarones en agua con la hoja de laurel, la pimienta en grano y el vinagre durante tres minutos aproximadamente. Escúrrelo todo y ponlo en agua helada para detener su cocción. Escúrrelo de nuevo, pélalo y deposítalo en un recipiente adecuado. Sazónalo con sal, pimienta molida, salsa tabasco, cebolla cortada en juliana, jugo de limón y 50 ml de ron.

Déjalo macerar unos minutos. Escúrrelo y saltéalo en mantequilla desuerada bien caliente, flamea con el ron restante. Agrégale la maceración y déjalo cocinar por unos segundos. Cuando vayas a servirlo, adórnalo con tiras de pimiento asado y perejil picado.

Camarones de plátano y miel

Ingredientes: 800 g de camarones limpios, 2 plátanos maduros, 60 ml de miel, 80 g de mantequilla, pimienta y sal al gusto.

Modo de elaboración: salpimenta los camarones previamente limpios. Corta los plátanos en rodajas y dispón del resto de los ingredientes. En una sartén puesta al fuego, adiciona la mantequilla. Cuando se derrita la mantequilla, agrégale los camarones y las rodajas de plátano hasta que se doren. Agrégale el ron y flamea los camarones. Por último, añade la miel y cocínalo por dos minutos más.

Debes servir el plato de camarones con arroz blanco como guarnición y junto a vegetales salteados.

Por: Tery Amores