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Descubre todo el lujo que contiene el Palacio de Cantero

Existen diversos edificios bellos en Trinidad, pero pocos superan al Palacio de Cantero, ya que esta es una de las edificaciones más impresionantes de la localidad, el cual, junto al ya desaparecido Palacio de Béquer, y el palacio de la familia Iznaga, es el máximo exponente del lujo con el que solían vivir los hacendados de Cuba en la distante época en donde su Majestad el Azúcar reinaba en la isla.



Esta vivienda, como casi todas las casas del interior del país construidas entre los siglos XVIII y XIX, es de una sola planta, con una puerta situada en el centro de la fachada, esta puerta se encontraba enfrentada a la del patio y era carente de zaguán.

Este palacio fue construido con todos los lujos de la época: una torre monumental que dominaba el paisaje de la urbe y ayudaba a ostentar la riqueza de los moradores; los pisos se los salones principales fueron fundidos en una combinación de mármol gris, negro y blanco, mientras que las de los aposentos interiores llevaron losas bremesas pulidas; por su parte, los techos a cuatro aguas fueron decorados con plafones neoclásicos.

Así mismo, las puertas fueron rematadas con tallas rococós y fileteadas con junquillos; originalmente las ventanas estuvieron protegidas con puertas de persianas, las cuales se colocaron también en accesorios interiores como el patio.

Las ventanas del Palacio de Cantero estaban protegidas por rejas inmensas negras, de vuelo rectangular, las cuales estaban coronadas con guardapolvos hechos en mampostería que descansaban en grandes poyos. Ya para 1839, este edificio fue decorado por Daniel Dall’Aglio Graude, un italiano que cubrió las paredes del palacio con pinturas extraordinarias de la corriente neoclásica, las cuales aún resultan un deleite para la vista.

El Palacio de Cantero en la actualidad

Hoy en día este edificio es la sede del Museo Municipal de Trinidad, que es, por mucho, uno de los mejores de su tipo dentro de Cuba. Durante la República, y luego de ser vendido el palacio por los descendientes del primer propietario, José Mariano Borrel y Padrón, este habría servido de domicilio para Antonio Mauri y Hermanos, quienes eran cosecheros y almacenistas de tabaco, y posteriormente se convirtió en la sede social de la Asociación Pro Trinidad, que transformó el palacio en una escuela de oficios y artes.

En los años recientes, y aprovechando el auge de turismo en Trinidad, el Palacio de Cantero ha sido restaurado de una manera precisa, lo que le ha ayudado a recobrar, en gran parte, el esplendor y magnificencia que proyectó la sacarocracia de la región dos siglos atrás, y que, sin duda alguna, aún dejan boquiabiertos a todos aquellos que deciden aventurarse a pasear a la sombra de sus muros añejos.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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