Descubre los antiguos hoteles de La Habana: El Hotel Miramar

domingo, 8 de octubre de 2017

El hotel Miramar se encontraba situado en la intersección de Prado y Malecón, en el mismo lugar donde hoy se está levantando el Hotel Prado y Malecón.

En el alba de la República cubana era uno de los más modernos y lujosos de La Habana. Se encontraba instalado en un edificio de dos pisos con un gran patio central y una amplia y fresca terraza que daba al Malecón. Tanto por la calle Prado, como por el norte, el hotel se encontraba rodeado por amplios portales. Contaba, además, con servicios sanitarios en todas sus habitaciones, lo que era toda una exclusividad en los hospedajes de su época.

Su gerencia, siempre estaba pendiente de las técnicas y modas imperantes en los hoteles de Estados Unidos para aplicarlas en su establecimiento. Por eso, cuentan los avezados en el tema, que fue el primer hotel cubano en implementar la vestimenta de smoking en su personal y en prohibirles el bigote, lo que causó la consternación de estos, pues en la época un buen mostacho era signo de masculinidad.

En un reportaje de Bohemia del año 1911 la revista le hacía caravanas al Miramar cuando destacaba que en sus salones:

“(…) se ha reunido y se reunirá siempre una escogida representación de nuestra sociedad elegante, así como una lúcida pléyade de turistas que hallan en el suntuoso hotel y restaurant un punto ideal por su situación y por la buena vista que desde el mismo se disfruta.”

El elegante jardín del Miramar devino en la segunda década del siglo XX punto de encuentro de la llamada “buena sociedad” que se reunía allí para disfrutar de la proyección de películas que eran amenizadas por los músicos del hotel. Su restaurant era también muy popular entre los habaneros; pero lo que causaba sensación eran sus refrescos y helados que se elaboraban en el mismo hotel y que hacían que sus portales siempre estuviesen llenos de clientes.

Se mantuvo el hotel entre la preferencia de los turistas durante las dos primeras décadas del siglo pasado; pero luego entró en decadencia y ya no pudo competir con otras instalaciones más modernas que se inauguraron en La Habana. Al cerrar el hotel, el inmueble tuvo diversos usos hasta que en estado ruinoso se derrumbó parcialmente y estuvo muchos años clausurado.

En el espacio que entonces ocupó se levanta hoy el nuevo hotel Prado y Malecón que junto al Packard ofrecerá un conjunto brillante a la entrada del puerto. Es curioso, y una verdadera pena, que no se haya rescatado el nombre histórico de “Miramar” para el nuevo hotel que se construye (como se hizo con el Saratoga y el mismo Packard) y en cambio se haya escogido algo tan insulso como “Prado y Malecón”.