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Descubre la trepidante historia de Francisco Javier Cisneros, el mambí cubano que construyó el ferrocarril de Antioquía en Colombia

La vida del ingeniero cubano Francisco Javier Cisneros bien merece una película. Combatiente por la independencia de Cuba, promotor de los ferrocarriles en Colombia y audaz empresarios son algunas de las facetas de su existencia que lo distinguieron e hicieron famoso en la últimas décadas del Siglo XIX.



Lo cierto es que la próspera Antioquía y en especial la ciudad de Medellín no hubiesen sido lo que hoy son sin el empeño renovador de este hombre que nació en Santiago de Cuba el 28 de diciembre de 1836 y estudió ingeniería en La Habana, París y Nueva York.

Al estallar la Guerra de los Diez Años en Cuba (1868 – 1878) se encontraba al frente de una empresa de ferrocarriles en la mayor de las Antillas; pero no dudó en marchar a los Estados Unidos para ponerse al servicio de los patriotas cubanos en Nueva York. Allí organizó y vino al frente de una expedición que trajo pertrechos para las huestes libertadoras cubanas.

Sus andares lo llevaron hasta Colombia, a donde se trasladó en busca de recursos para sus camaradas de armas que luchaban en Cuba.

En la nación sudamericana –  donde permanecería por 25 años – renació el gusto por su profesión y aceptó la oferta del Gobierno de Antioquía para construir un ferrocarril que permitiera a la ciudad de Medellín romper su aislamiento y lanzar su comercio.

Dura fue la empresa, pues tuvo que conseguir inversores en Estados Unidos y Europa, luchar contra las enfermedades tropicales, los pantanos, las selvas y las guerras civiles que se llevaban a los hombres de las obras. Tanto así que en diez años de trabajo el ferrocarril sólo había avanzado 45 kilómetros cuando Cisneros renunció.

“Fue una obra asombrosa, hoy no la podemos imaginar. Los terrenos eran vírgenes, era una hazaña valiente enfrentarse a este proyecto. Cisneros tenía una visión clara y profunda de la implementación de ferrocarriles en países en vía de desarrollo”, expresa en su libro sobre el ferrocarril de Antioquía el ingeniero colombiano José María Bravo.

Tras su renuncia Cisneros permaneció en Colombia, donde destacó como empresario, sobre todo en el sector del transporte.

En 1898 abandonó definitivamente Colombia, se encontraba enfermo y había perdido su fortuna. Se trasladó a los Estados Unidos, donde nuevamente se puso al servicio de los cubanos que peleaban por la independencia de Cuba. No tuvo, sin embargo, la suerte de ver a su patria libre pues falleció el 7 de julio de 1898 en Nueva York, poco antes de la rendición de España.

Los colombianos, agradecidos quisieron honrar su memoria y dieron su nombre a la primera gran Plaza de Medellín donde en 1924 le erigieron una estatua que hoy se puede observar en el ingreso a la Alpujarra sobre la avenida San Juan de esa ciudad.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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