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Datos que quizás no conocías sobre la gran piedra en Cuba y la leyenda de Baconao

La Gran Piedra y en la región oriental de Cuba es emblemática no solo por su historia sino también por la magia de su naturaleza. Allí los caprichos geológicos se combinan con las creaciones del hombre para sorpresa de pobladores y visitantes.



Así sucede con la Gran Piedra que cuenta con 51 metros de largo y entre 25 y 30 metros de ancho. La enorme roca es de origen volcánico y constituye el punto culminante de una montaña situada a 1225 metros de altura sobre el nivel del mar. Su ubicación la convierte en un mirador para quienes deseen apreciar la inmensidad de la Sierra Maestra.

Se distingue por su contraste con la flora y la fauna. Además, sus peculiares dimensiones la convierten en la de mayor tamaño en el Caribe insular.

Existen varias versiones sobre su origen y por supuesto que varias historias populares se inspiran en ello. Las leyendas se mezclan con el estilo místico del lugar junto a los resultados de investigaciones. Varios especialistas han confirmado la formación de la Gran Piedra debido al impacto de un meteorito hace millones de años, otros la consideran resultado de la explosión de un volcán submarino.

Esta zona también es famosa por la leyenda de Baconao que actualmente no solo le da nombre a una laguna sino también a un parque declarado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO.

El embalse natural cuenta con cuatro kilómetros cuadrados, alberga un criadero de cocodrilos y funciona como escenario natural para varias esculturas que reproducen una aldea taína.

Por aquellos parajes todavía puede escucharse la historia de un niño aborigen al que el árbol Baconá le otorgó ciertos privilegios. Según la leyenda, al pequeño se le atribuyó el poder de tocar música con los caracoles de la laguna y pronto lo nombraron Baconao.

Dicen que el elegido era un hábil pescador y nadador, así como un gran jugador de batos (competencia aborigen semejante al béisbol). Sin embargo, pasaba horas y horas sentado en las raíces del árbol componiendo bellas melodías. Todos los miembros de la aldea taína estaban fascinados con sus creaciones.

Un día el niño salió a realizar su rutina diaria y nunca más regresó. En su honor la laguna lleva su nombre, al igual que el parque a su alrededor: una zona de atractivos paisajes donde todavía puede escucharse el ritmo de los caracoles de Baconao, combinado con la brisa.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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