Cuba en el Wushu de Vargas Lee

jueves, 22 de junio de 2017

Vargas Lee no duda en subrayar que “el arte marcial garantiza la disciplina, la conservación del ser humano, el respeto hacia los demás”. Quizás esa es una esencia en su vida, la guía para el comportamiento diario y el estímulo para formar a otros en ese espíritu.

Desde niño el espíritu emprendedor corría por sus venas. Como cubano, el béisbol capturó su atención cuando era pequeño, pero su verdadero destino  le escondía secretos más allá de las fronteras del país que lo vio nacer. Desde joven decidió incorporar a su identidad el poder de las artes marciales chinas y hoy dirige con orgullo la Escuela cubana de Wushu.

“Al no tener un resultado en el béisbol, desistí. Por aquel entonces las películas de artes marciales brindaban un mensaje que yo como descendiente de chinos capté. Entonces quise investigar, averiguar dónde podía practicar lo que veía en las películas. En el barrio chino ya no quedaban maestros que pudieran ayudarme, eran de una edad avanzada. Entonces acudí al arte marcial más popular de entonces y al cual era difícil incorporarse: kárate 2. Afortunadamente a los 12 años mi padre me presentó a quien me permitiría comenzar a practicar el kárate con el maestro Raúl Rizo en la Escuela Nacional  de Kárate”.

Durante su adolescencia obtuvo la cinta negra, posteriormente se convirtió en instructor y esa fue su oportunidad para hacerse pedagogo. De allí parte uno de sus mayores regocijos: casi sin darse cuenta, sin diploma, sin certificado de graduación, tuvo la oportunidad de educar a otros.

Actualmente, solo quedan alrededor de cien asiáticos en el Barrio Chino de La Habana, y entre otros objetivos sociales, la Escuela Cubana de Wushu se consolida para mantener el legado de esa cultura y fomentar la paz, la salud y la armonía de todos los que se interesen por visitarlos. En esa institución se reciben más de mil alumnos diariamente y trabajan alrededor de 30 profesores.

 Según el propio Vargas Lee, allí “te encuentras personas que prácticamente estaban desahuciadas de la vida y en la escuela logran levantar su autoestima y  mejorar su calidad de vida. Actualmente existe mucha falta de concentración, mucho interés por las cosas materiales de la vida, hay mucha distracción, necesitamos más armonía, son factores psicológicos que también influyen en el desarrollo de las personas.”