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Cuba: uno de los primeros países de América en presentar la ópera

 



Aunque ya en 1750 se había anunciado en un teatro de Nueva York “La ópera del mendigo” de John Gay, para sorpresa de muchos fue en La Habana, Cuba en 1776, donde surgió el primer teatro expresamente construido para la ópera en América: el “Coliseo” o “Principal” de La Habana y la primera función de ópera, propiamente dicha, en realidad fue “Didone abandonata”, estrenada el 12 de octubre de 1776 en conmemoración al descubrimiento de la Isla y la inauguración del teatro.

Precisamente, estamos hablando del primer teatro de ópera en el continente americano que luego le cedería tal calificativo al de Baltimore en 1793.

La primera ópera cubana registrada es “America y Apolo”, estrenada en 1807 con texto de Manuel de Zequeira y autor desconocido.

Si bien desde finales del siglo XVIII existía alguna actividad operística, fue a partir del XIX cuando La Habana pasó a ser un verdadero hervidero musical para las Américas y el mundo entero.

En 1811 se creó una compañía estable básicamente integrada por cantantes españoles. Varios compositores cubanos compusieron óperas y zarzuelas; pero también extranjeros radicados en Cuba, como el italiano Stefano Cristiani, que estrenó varias a partir de 1817, y el español José Serrano, a partir del 1823.

Esa agitación musical y cultural se extendió también a otras ciudades como Cienfuegos, Matanzas, Camagüey, Santiago y atrajo a la isla cantantes operísticos de renombre y hasta a compañías completas provenientes de España e Italia.

Así, llegaron a Cuba Luigi Arditi y Giovanni Bottesini, dos italianos compositores y directores de orquesta que encontraron trabajo en la Sinfónica del “Teatro Tacón” que era en ese momento el más grande de América y tercero en el mundo.

La primera ópera cubana registrada es “America y Apolo”, estrenada en 1807 con texto de Manuel de Zequeira y autor desconocido. -cubaenlamemoria.com

Posteriormente, en el siglo XX resaltaron el estreno óperas como “Los saltimbanquis”, del famoso compositor de danzas Ignacio Cervantes en 1901. Por otra parte, Eduardo Sánchez de Fuentes fue un prolífico autor operístico, aunque José Mauri, nacido en España, se convirtió en el mayor creador cubano en el género, con temas nacionalistas y estructuras más modernas, y de quien “La esclava” (1918) fue conservada intacta en el repertorio cubano.

Asimismo, es menester destacar las óperas cubanas de Hubert de Blanck : ”Patria”, “Actea e Icaona”, y la de los maestros Amadeo Roldán, y Alejandro García Caturla “Manita en el suelo”, sin estrenar, como tantas. Ernesto Lecuona, el músico más conocido internacionalmente, creador de numerosas zarzuelas, dejó inconclusa la ópera “El sombrero de yarey”.

De manera general, La Habana se convirtió en un escenario muy respetado y visitado por las luminarias de la ópera. Desde Caruso hasta Renata Tebaldi, desde Tito Schipa hasta Victoria de los Ángeles, muchas otras magistrales figuras se vieron hechizadas por La Habana, su cultura y su ópera de grandes.

Por: Alejandra Angulo Alonso

Escrito por | Redacción TodoCuba

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