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El Cordón de La Habana, cuando la capital cubana estuvo rodeada de cafetales

Todavía hay quienes al caminar cerca del Pabellón Cuba recordamos que en 1968 solíamos entrar y salir del contiguo Edificio N con apuntes o grabaciones para una emisora radial que ostentaba el mismo nombre de un plan de cafetales, frutales, otros cultivos y ganadería en los alrededores de La Habana.



Era el plan Cordón de La Habana, y desde las emisoras se reportaba sobre las faenas iniciadas en aquel año para fomentar el desarrollo integral de los alrededores de la capital cubana, en aproximadamente 2300 caballerías de magníficas tierras agrícolas donde en esos momentos ya se pensaba en un jardín botánico y un parque zoológico, obras hidráulicas, viviendas y toda una infraestructura social.

A través de esa emisora —que antes tuvo los nombres de CMCA, 730 KLS, Ondas del Trópico, Radio Mambí y después Radio Ciudad de La Habana y Radio Metropolitana— se transmitían materiales periodísticos sobre las perspectivas de ese empeño, que no se reducía únicamente a los cafetales.

Por aquellos años, a pesar de la cercanía con la capital, se creaban condiciones de vida para el asentamiento de los trabajadores, y en vez de productores dispersos se organizaban en grupos para realizar faenas de siembra y cultivo, así como crianza de animales, todo con recursos científico-técnicos avanzados.

Aunque el llamado néctar negro de los dioses blancos ha sido erróneamente para algunos el único parámetro para medir los resultados de aquel proyecto, bien valdría la pena no olvidar sus conceptos y tomarlos en cuenta en un contexto de tendencia a la urbanización y el envejecimiento poblacional.

Los granmenses, para potenciar, junto a los cultivos tradicionales, el fomento en el llano del café Robusta (variedad que se desarrolla bien en áreas no montañosas) han iniciado una labor cuyos resultados apreciados por el Grupo Nacional de Agricultura Urbana y Suburbana hacen que recomienden extender la experiencia.

En esa zona del este cubano hay más de 250 hectáreas de plantaciones con uno y cinco años de vida, y fundamentalmente en los municipios de Pilón, Guisa y Buey Arriba existen suelos con características apropiadas para este cultivo.

Por supuesto, no es café Caturra como el de aquel lejano proyecto habanero, pero se trata de la variedad Robusta, resistente a la sequía y con rendimiento similar al del Arábigo en zonas montañosas, según está comprobado.

Estamos en presencia de otra opción para cultivar el aromático grano en las llanuras, cerca de los asentamientos de la propia población que aporta la fuerza de trabajo, así, puede obtenerse un producto inmediato y aportar a la economía.

Y lo que nos haya sucedido en el pasado, que nos sirva de experiencia para no volver a tropezar dos veces con la misma piedra con que chocó el otrora Cordón de La Habana y  podamos llevar a feliz término, el desarrollo de cultivos que no solo son factibles en las montañas, sino también en llanuras como las existentes en los alrededores de cualquier ciudad cubana.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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