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Cinco historias reales de “amores imposibles” que conoció Cuba

La historia de Cuba está llena de amores desgraciados que, por las más diversas causas, no pudieron nunca consumarse. Aquí les compartimos diez de los más conocidos y tristes de esos amores imposibles:



1 – Enriqueta Favez y Juana de León: Enriqueta Favez fue una mujer muy adelantada a su época. Nacida en Suiza, aprendió Medicina, pero no pudo ejercer debido a su sexo, así que decidió vestirse como hombre y adoptar el nombre de Enrique. Con él sirvió en la armada de Napoleón Bonaparte y luego emigró a Cuba, donde se estableció como galeno en la intrincada región de Baracoa. Allí se enamoró de una joven llamada Juana de León a la que cortejó y pidió en matrimonio. Al enterarse la muchacha de que Enrique era en realidad Enriqueta, la denunció a las autoridades que la tomaron presa y luego la expulsaron de la Isla.

2. Leonardo Gamboa y Cecilia Valdés: Aunque se trata de personajes literarios extraídos de la novela Cecilia Valdés de Cirilo Villaverde; el drama de esta pareja de enamorados fue el mismo que sufrieron incontables parejas separadas por los prejuicios y la respectiva posición social. Cecilia y Leonardo se convirtieron en amantes sin saber que eran hermanos; pero no pudieron estar juntos, sobre todo, porque él era blanco y rico y ella, mestiza y pobre. Finalmente Leonardo moriría asesinado a manos de un pardo celoso que amaba a Cecilia.

3. José Jacinto Milanés e Isabel de Ximeno: El gran amor del poeta cubano José Jacinto Milanés fue su prima Isabel. Al ser rechazado por ella, el bardo, que ya padecía de melancolía enloqueció por completo y se convirtió en un fantasma que erraba por su enorme casona. Casi 20 años permaneció en ese penoso estado, emitiendo una sola y casi ininteligible palabra: ¡Isa!

4. José Martí y María Granados: Al conocer del deceso de María Granados, José Martí le dedicó uno de sus más inspirados poemas, “La niña de Guatemala”. La joven era hija del expresidente del país centroamericano y cuando conoció a Martí quedó prendado de él. Sin embargo, el cubano siempre la vio como una niña y se casó en México con Carmen Zayas Bazán, lo que hirió profundamente a María Granados. La muchacha fallecería a los 17 años, víctima de una pulmonía. El verso “él volvió, volvió casado/ella se murió de amor” ha dado lugar a lo largo del tiempo a numerosos equívocos.

5. Carlos Pío Uhrbach y Juana Borrero: Carlos Pío Uhrbach amó profundamente a Juana Borrero y ella le correspondió. Sin embargo, la familia de esta última nunca aprobó el romance. Los jóvenes mantuvieron una larga correspondencia hasta que la familia de Juana tuvo que salir de Cuba en 1896 por razones políticas. En el exilio tampoco se encontraron, porque él se enroló en una expedición mambisa y Juana murió poco después. En la última carta que le escribió, sintiéndose ya enferma, la joven le escribió: “Tengo el terror horrible de morir sin verte”. Y así fue.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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