fbpx

Central España: entre el mito y la realidad

Del central España queda muy poco. Las viejas estructuras que se sostienen solo conservan la herrumbre. Pero allí la realidad superó a la ficción.



A inicios de los sesenta un  intento terrorista contra la fábrica de Perico se frustró cuando una avioneta explotó en pleno vuelo tras un error de manipulación de los pilotos asesinos. Ese día, milagrosamente, los obreros salvaron sus vidas, ya que la industria se encontraba en plena molienda.

Aquella dramática jornada dejó una herida abierta en los habitantes, a quienes la piel se les encrespa a 55 años del suceso. La avioneta se hizo pedazos en el aire y los restos humanos de uno de los pilotos se diseminaron por todo el batey. El otro individuo cayó intacto en el cuarto de una niña.

Pero todo no quedó ahí. En agradecimiento a la buenaventura los azucareros construyeron una Cristo Obrero para colocarlo en el centro del pueblo, y este también se hizo leyenda.

Por enfrentamientos posteriores entre la Iglesia Católica y el Gobierno revolucionario, la estatua fue retirada desatando, según la leyenda, una ola de accidentes mortales en la fábrica.

El cristo obrero del central España sufrió un vía crucis, y muchos habitantes acuden a la estatua para rendirle culto.

Incluso, cuando en lugar de la estatua religiosa, colocaron una del General mambí Antonio Maceo, una rama de un árbol destruyó al prócer de nuestras Luchas de Independencias, lo que despertó el recelo, la piedad o el miedo de los moradores.

El Mesías de bronce sufrió un verdadero vía crucis. Casi termina sus días como pieza del central. Hasta que finalmente amaneció en un costado de la iglesia del pueblito. Desde entonces muchos fieles comenzaron a depositar dinero a sus pies.

Hoy en la provincia permanecen activos cuatro centrales. La modernidad con su vertiginoso desarrollo puede atentar contra las viejas historias del pasado, pero en las noches oscuras quién duda que los obreros revivan los mitos y leyendas que durante siglos desandaron los hierros de las industrias, bañados de azúcar… y de sangre.

Escrito por | Redacción TodoCuba

Patrocinado por: CubitaNOW - Noticias de Cuba