Banes tiene su Edén

domingo, 4 de febrero de 2018

La campiña “El Frutal” es una especie de paraíso que se encuentra en la zona de Yagüajay, en el holguinero municipio de Banes. Dista a unos 7 kilómetros del balneario de Guardalavaca. El escenario es un área de 8 hectáreas casi toda de frutales con mangos, cocos, naranjas, plátanos, cañas, guayabas y aguacates donde la sombra envuelve e

Gallinas de guinea, cotorras en estado libre, pavos reales, patos, quelonios y hasta un pequeño cocodrilo deleitan a visitantes nacionales y foráneos quienes son atraídos por el sello único del lugar. Además del medio la familia Hidalgo Rivas mantiene y muestra las tradiciones del campo cubano.

El café es triturado a la usanza antigua, en un tronco de madera ahuecado y con una maza, al conjunto se le denomina pilón, luego la mixtura es depositada en una bolsa de tela fija a una estructura de madera llamada “payaso”, se le añade agua caliente para extraer el extracto del grano y se obtiene la olorosa y exquisita bebida. Esto se hace ante los ojos sorprendidos de personas provenientes de Europa y Canadá fundamentalmente. El fogón es de leña y el humo que emana la combustión da el toque especial campestre.

El visitante también puede degustar ensaladas de frutas, dialogar con la familia, hacerse fotos únicas y hasta llevarse alguna fruta como suvenir.

Uno de los principales atractivos de la campiña “El Frutal” lo es sin dudas el pavo real, reina de las aves en Cuba, por su vistoso plumaje y hermosa cola, la cual abre en toda la magnitud ante el chasquido de los dedos de su patrón. Afirma Alexander que la ecología es fundamental para él, para mantenerse en salud y rodeado de un mundo que ama en toda su extensión y con el cual pretende educar para proteger el medio ambiente.

En la campiña banense existe un coto genético, además se efectúan actividades como fórums, asambleas, conferencias y festividades donde el cerdo asado en vara es una opción que deleita a los visitantes.