Así fueron los primeros días del cine en Cuba

martes, 10 de julio de 2018

Corría el año 1897 y los habaneros se paraban los unos a los otros para preguntarse si ya habían visto el “invento francés” que se estaba exhibiendo en el Prado. El cine había llegado por primera vez a Cuba.

Las primeras películas se presentaron el 23 de enero de ese año 1897 en un barracón situado entre el Teatro Tacón y el antiguo cuartel de bomberos, en la esquina de Prado y San Rafael.

El lugar de exhibición era modesto y al principio los habaneros valoraron el invento con suspicacia. Ya por la capital de la Isla habían pasado otros espectáculos similares como los dioramas y el kinetoscopo de Edison. Sin embargo, apenas vieron la primera exhibición del cinematógrafo quedaron deslumbrados.

Cortos como “El desfile de los coraceros”, “Una tempestad en el mar”, “La Puerta del Sol en Madrid” o “La llegada del Zar a París” impresionaron tanto a los asistentes que al día siguiente los periódicos sólo hablaban del acontecimiento, desplazando las noticias de la guerra que azotaba al país a una segunda plana.

Estos noticiosos se mezclaban con cortos humorísticos como “La Marina”, “El sombrero cómico”, “El regador regado”, “La salida del tren” o “El partido de naipes” que demostraban las infinitas posibilidades del invento de los hermanos Lumiere.

Tras el escepticismo inicial las colas para asistir a las exhibiciones fueron enormes. Para que no decayera el entusiasmo los dueños de la empresa decidieron filmar una película en La Habana; y así surgió “Simulacro de incendio”, la primera obra cinematográfica de la historia del cine en la Isla.

En apenas un minuto, la actriz española María Tubau y el Cuerpo de Bomberos de La Habana se mostraban en una maniobra.

Curiosamente esos mismos bomberos tuvieron que ir al rescate del cine cuando el 16 de marzo se incendiaron las sábanas sobre las que se proyectaban las películas y las llamas alcanzaron las butacas.