Argentinos piden a EE.UU cesar bloqueo contra Cuba

sábado, 6 de julio de 2019

Este jueves, 4 de julio, se llevó a cabo una marcha en Argentina que tuvo como punto final la embajada de Estados Unidos. Cientos de personas asistieron a esta manifestación pacífica en apoyo a la isla que tenía como objetivo solicitar a EE.UU cesar el bloqueo contra Cuba.

La movilización partió desde la Plaza Italia hacia la embajada. La misma estaba presidida por el Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba (MasCuba). Junto a ellos se encontraban diversas asociaciones tales como CTA Autónoma, Quebracho, Movimiento Territorial por la Liberación, el Partido Comunista, entre otros.

Ricardo Peidro, secretario general de CTA Autónoma, en una declaración a Prensa Latina, resaltó los lazos históricos con la Revolución cubana. Destacó, además, que en estos momentos es fundamental apoyar a la isla, un país solidario con todos los pueblos del mundo. Finalmente, expresó que la política aplicada por la administración de Trump es genocida. 

La embajada, por su parte, se encontraba completamente vallada y había un fuerte operativo de seguridad en sus puertas y en la zona.

Doscientas veintiocho organizaciones políticas, sociales, sindicales y personalidades de Argentina, firmaron una nota dirigida al Embajador de los Estados Unidos en ese país,  Edward C. Prado. En ella, se exigió a su gobierno terminar con el bloqueo y no aplicar la ley Helms-Burton contra la isla. 

«No a la Ley Helms-Burton. No al bloqueo a Cuba»

“Sabemos que el 4 de julio el pueblo de su país recuerda y celebra el Día de Independencia, cuando en 1776 las colonias inglesas en América del Norte se emanciparon de la corona británica, proclamándose libres de elegir su sistema de gobierno”, expresaba la carta.

Entre las personas que firmaron la solicitud, según reportó el portal Cuba Información, destacan el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, la Madre de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas e intelectuales como la escritora Stella Calloni y el politólogo Atilio Borón.

“Estamos convencidos de que una auténtica democracia no puede sustentarse en el asedio y avasallamiento de otros países. Tampoco puede insistir en una política violatoria del Derecho Internacional, concebido en función de los intereses de todos los pueblos del mundo, y no al servicio de los más poderosos y ávidos de dominio”.