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Ady García, la Flor Pálida que inspiró al Guajiro Natural Polo Montañez

Todos los genios tienen su musa. La de Polo Montañez fue Ady García, su compañera en la vida desde 1999 hasta el momento en que la muerte la muerte arrebató al mundo el talento del Guajiro Natural en 2002. A ella dedicó el compositor y cantante uno de sus temas más famosos: Flor Pálida.



Este tema que incluyó Polo en su disco Guitarra Mía se hizo mundialmente famosa en la voz del cantante puertorriqueño Marc Anthony quien compró sus derechos y la incorporó a su repertorio apenas la conoció, impresionado por la lírica sin igual del que con toda justicia llamaron el Bardo de la Campiña cubana.

Cuenta Ady que Polo la conoció en la paladar La Casona, donde ella trabajaba: “(…) se interesó por tantas cosas de mi vida que dije a mis colegas de trabajo ‘pregunta como un periodista’; poco a poco surgió una relación que nos llevó a compartir la vida juntos hasta su muerte. «Polo trató siempre de darme alegría. ‘Quiero verte sonreír mucho’, era una petición permanente de su parte, como la costumbre de llevarme el café a la cama».

Sin embargo, las sonrisas que siempre le pedía Polo se perdieron para siempre el 20 de noviembre de 2002 cuando al regreso de una celebración de 15 años el auto en que viajaba el Guajiro Natural impactó un camión en la carretera. El bardo quedó mal herido (fallecería seis días después) y un hijo de Ady perdió la vida.

Asó la muerte truncó los planes de la boda prevista para el mes siguiente y su luna de miel en Francia, invitados por José Da Silva, presidente de la disquera Lusáfrica.

Ady y Polo nacieron ambos en 1955 y se abrieron camino en la vida a fuerza de coraje y esfuerzo. Se amaron intensamente y de ese amor quedarán, aún después de la muerte, las canciones que perduraran por siempre.

Flor pálida

Hallé una flor un día en el camino

que apareció marchita y deshojada.

Ya casi pálida ahogada en un suspiro

me la llevé a mi jardín para cuidarla.

Aquella flor de pétalos dormidos

a la que cuido hoy con toda el alma

recuperó el color que había perdido

porque encontró un cuidador que la

regara.

Le fui poniendo un poquito de amor

la fui abrigando en mi alma

y en el invierno le daba calor

para que no se dañara.

De aquella flor hoy el dueño soy yo

y he prometido cuidarla

para que nadie le robe el color

para que nunca se vaya.

De aquella flor surgieron tantas cosas

nació el amor que ya se había perdido

y con la luz del sol se fue la sombra

y con la sombra la distancia y el olvido.

Le fui poniendo un poquito de amor

la fui abrigando en mi alma

y en el invierno le daba calor

para que no se dañara.

De aquella flor hoy el dueño soy yo

y he prometido cuidarla

para que nadie le robe el color

para que nunca se vaya.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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