¿A dónde fue a parar la gigantesca fortuna del Conde de Peñalver, el más rico de los negreros cubanos?

viernes, 10 de agosto de 2018

Entre los “empresarios” del siglo XIX cubano que levantaron una mayor fortuna gracias al sudor de los negros esclavos destaca Narciso José de Peñalver y Peñalver, II Conde de Peñalver (¡vaya cantidad de Peñalver!)… Tan apegado estaba el señor a la esclavitud, que cuando España decidió abolirla finalmente en 1886 se montó un berrinche de dimensiones tan épicas que sacó su fortuna de Cuba y nunca más piso la Isla.

En la riqueza del II Conde de Peñalver están las raíces de no pocos títulos de nobleza españoles actuales que tienen, aunque no les guste a sus dueños, olor a sudor de negro.

Narciso José de Peñalver y Peñalver nació en La Habana en 1828 y recibió como herencia el título de Conde y un ingenio con una dotación de esclavos. A lo largo de su vida multiplicó su fortuna gracias al tráfico ilegal de negros y la especulación y al estallar la Guerra del 68 era uno de los hombres más ricos de Cuba.

De más está decir que se opuso a la independencia de la Isla. No podía aceptarla cuando uno de los postulados de los insurrectos era la abolición de la esclavitud, sobre la que se había erigido su fortuna.

Organizó a los voluntarios habaneros que armó con su peculio, pero terminó marchándose a París, donde vivió durante la década del 70 a la espera del fin de la guerra.

Como el II Conde de Peñalver se llevó su fortuna a España, fue en España donde continuó la saga familiar y donde sus descendientes se gastaron las pesetas.

Su hijo Nicolás (18513 – 1916), el III Conde de Peñalver aunque nació en La Habana y radicado en España fue además IV Marqués de Arcos. En tres ocasiones fue alcalde de Madrid y senador por las provincias de Madrid y de Oviedo.

En total, los Peñalver, que tenían dinero para aburrir, se hicieron a lo largo de su atribulada existencia de cinco títulos de nobleza: marqués de Casa Peñalver y marqués de Arcos; y condes de Santa María de Loreto, San Fernando de Peñalver y por último, conde de Peñalver.

Todavía andan rodando por España algunos de esos títulos ganados con el sudor de los pobres negros… y sus dueños se sienten orgullosos.