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Osvaldo Doimeadiós abandona el humor televisivo cubano: “No pienso seguir lidiando con la censura”



El reconocido comediante y actor Osvaldo Doimeadiós ha decidido dar un paso al costado en lo que respecta a su participación en programas humorísticos de la televisión cubana, motivado por las numerosas restricciones y la constante censura que, según afirma, impiden el desarrollo real del trabajo creativo en ese medio.

En su reciente conversación para el canal de YouTube La Familia Cuba, Doimeadiós fue contundente al explicar las razones de su alejamiento: “Ya no tengo intenciones de hacer más televisión relacionada con el humor. No deseo invertir más mi tiempo en ello”. Sus palabras reflejan el desgaste generado por años de burocracia y control institucional sobre el arte, que han derivado en una sensación de frustración y limitación.

El actor considera que los mecanismos de censura se han sofisticado. No solo existen prohibiciones explícitas sobre temas sensibles, sino que además se despliegan métodos indirectos como retrasos presupuestarios y el silencioso retiro de espacios sin justificación ni transparencia. “A veces uno graba algo pensado para salir dentro de semanas, y, de pronto, un comentario de alguien en otro contexto provoca que lo retiren sin explicación alguna. Todo queda a merced de prejuicios y miedos instaurados en la toma de decisiones”, señaló.

Uno de los ejemplos que compartió Doimeadiós fue el abrupto final del popular programa “Vivir del Cuento”, donde se desempeñó con frecuencia: “Ese programa desapareció casi sin que la gente se diera cuenta, arrastrado por la corriente. No se ofrecieron explicaciones y varios episodios que estaban listos para producción nunca recibieron financiamiento”.

Para el humorista, resulta clave señalar que el humor tiene un papel esencial en la vida social e individual: “El humor es una vía para aliviar tensiones y renovar energías, pero aquí prefieren un humor domesticado, que no incomode ni aborde asuntos reales”.

Doimeadiós también criticó abiertamente a los responsables dentro del sistema cultural que, en su criterio, anteponen sus propios beneficios a la ética artística: “Existen personas que no defienden principios ni políticas, solo su propio estatus y privilegios. Eso, a la larga, resulta ser lo más peligroso para el desarrollo cultural”.

La postura del actor incluye su descontento con la falta de comunicación hacia la audiencia cada vez que un programa desaparece sin motivos claros: “En muchas ocasiones, no se trata ni siquiera de calidad artística, sino simplemente de que algunos temas provocan incomodidad y se opta por eliminar el programa sin ninguna explicación pública”.

Pese a este escenario, Doimeadiós aclara que no se aparta del arte; su intención es centrarse en otras formas de expresión como el teatro, la docencia y proyectos independientes donde pueda crear con mayor autonomía: “Mi pasión por el trabajo creativo continúa intacta”, manifiesta, convencido de buscar alternativas donde no sea necesario pedir permiso para ejercer su vocación.

El testimonio de Osvaldo Doimeadiós, más allá de representar una decisión personal, funciona como una advertencia sobre los riesgos que enfrenta el humor en Cuba y sobre la urgencia de defender el derecho a la libertad de expresión.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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