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3 asombrosas leyendas matanceras

Cuenta la leyenda que en el poblado amerindio de Yucayo, vivió una hermosa india llamada Baiguana. Era tal la belleza de la india que enloquecía a los hombres porque a todos buscaba y a todos se entregaba, por lo que fue obligada por el cacique a vivir lejos de la aldea. Pero todos los hombres iban hacia Baiguana y la pesca, la caza y los sembrados se perdían por falta de atención. El cacique Manguaní fue al río Jibacabuya, que era el más poderoso afluente del río Largo, para hablarle a la boca de agua del Dios Murciélago y pedirle consejo para resolver el asunto de la bella y ardiente Baiguana. Por orden del Dios, el cacique Manguaní llevó de regalo a la india un pescado mágico. Cuando Baiguana lo comió, se acostó a dormir frente a su bohío mirando a la luna y cuando el sol tiró sus flechas de sangre sobre la tierra, Baiguana se había hecho gigantesca y de piedra. Baiguana ya solamente era una montaña con forma de mujer dormida.



El Abra del Yumurí: Los personajes de esta leyenda son: la hija de un cacique de la región occidental y el hijo del cacique del Gran Camaguey. Cuentan que cuando nació la india Coalina, se hicieron grandes fiestas para celebrarlo y cuando más entusiasmados estaban llegó un anciano behíque, desconocido para todos y profetizó que cuando la niña creciera se convertiría en una bella india y al enamorarse ocurriría una catástrofe.

Para que no se cumpliera la profecía del behíque, cuando la bella Coalina creció, la llevaron a lo alto de una montaña en un bohío rodeado por viejas indias armadas con arcos y flechas para impedir el acercamiento de hombre alguno, evitando así ,que la joven india corriera el riesgo de enamorarse. La noticia del cautiverio de la bella india Coalina llegó al cacicazgo siboney del lejano Camagüey y despertó la curiosidad y el deseo de Nerey, heredero del mencionado cacicazgo, que decidió recorrer la distancia que lo separaba de la cautiva para conocerla. Después de mucho andar montañas, llanuras y ríos, llegó el joven y apuesto indio hasta el bohío que ocultaba a la princesa india y la vio toda adornada con flores, tan parecida a una virgen que inmediatamente se enamoró de ella. Tan bello fue el lenguaje de amor que el indio utilizó para hablarle a la joven, que la inocente india también se enamoró.

Pero a cada palabra de amor que se decían los enamorados, la montaña temblaba cada vez más fuerte. Las indias guardianas, atemorizadas corrieron montaña abajo gritando ¡Coalina se ha enamorado! La montaña tembló más fuertemente y Coalina asustada se refugió en los brazos del bravo Nerey. En ese momento la montaña se abrió en dos, arrastrando a los jóvenes y por el boquete se precipitó el río llevándose a los enamorados. Cuenta la leyenda, que en las noches de pleniluvio cuando el viento pasa por el abra se oye murmurar «Coalina y Nerey».

Las míticas aguas del Pompón: El Pompón, ubicado en el barrio yumurino de La Marina, es un sistema de manantiales que brotan a flor de calle o se aposentan en pocetas construidas por el hombre que fungieron como baños públicos en siglos pasados.

Cuenta una leyenda matancera que quien beba agua del Pompón contraerá nupcias en la Ermita de Monserrate.

Según explica Ercilio Vento, historiador de la ciudad,  el Pompón tiene su nacimientos en las alturas de Madruga.

Las aguas recorren las rocas cálcicas, de la cual Matanzas es uno de los exponentes más importante, hasta reverberar a pocos metros del río Yumurí y allí depositar sus aguas.

Esas aguas alimentaban los baños públicos que existían en la zona en el siglo XIX y buena parte del XX.

Para algunos entendidos,  el desaparecido río Sabicú efluente del San Juan, pudo tener relación con el escurrimiento del Pompón.

A principios del siglo XX en la zona se encontraba una huerta de chinos que se alimentaba de los manantiales del Pompón.

Cuando se construye el Parque Watkins, microzoológico de la ciudad, se aprovecha las aguas del Pompón para alimentar la poceta donde nadan peces y patos.

Se presume en la fundación de Matanzas, allí existía la aguada de la ciudad que abastecía de agua potable a los primeros habitantes.

El agua con el cual se elaboraba el refresco Bella Matancera se hacía con el agua del Pompón.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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