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Tres tradiciones cubanas que han casi desaparecido de los campos de la Isla

Los campos cubanos siempre han estado llenos de costumbres y leyendas. Con los años algunas han ido perdiéndose o se han transformado adaptándose a los nuevos tiempos. Son pocas las que sobreviven idénticas a como se celebraban en antaño y aquí les dejo tres que aunque se fueron transfigurando aun guardan su esencia.



La corrida de los patos, un deporte algo cruel de los campos cubanos

En una plaza o campo llano se levantaban dos palos ahorquillados, y era tendida una cuerda del uno al otro; en el medio de ésta se colgaba un pato, firmemente atado por las patas. El lugar se llenaba de espectadores y unos guajiros montados, corriendo a galope tendido, intentan coger la cabeza del pato y separársela del cuerpo, tarea difícil por estar la cabeza bien engrasada. Las carreras se repetían y el ave generalmente terminaba muerta antes de que lograsen arrancarle la cabeza. El que realizaba la gloriosa hazaña era declarado vencedor. Esta cruel practica fue traída de España, donde en algunos aún se realiza. Esta fue cambiando hasta convertirse en las famosas carreras de cintas a caballo que se realizan en la actualidad en los campos cubanos.

La corrida de los patos, un deporte algo cruel de los campos cubanos

Los altares de la Cruz de Mayo

Aunque esta tradición aún se conserva en puntos muy específicos de Cuba como Sagua de Tánamo, en siglos pasados era una costumbre bastante generalizada en el interior de Cuba. Se erigía un modesto altar en una habitación de la casa, el 3 de mayo, que es el día de Santa Cruz, y hasta el día 9, todos los días se reunían familia e invitados, para bailar, cantar y jugar, y a veces comer y beber. Durante la primera noche, el dueño de la casa entregaba un ramo de flores al invitado que escogía, y este, al recibirlo, contraía la obligación de reformar el altar y pagar los gastos de la siguiente noche, por lo que se le daba el título de padrino de altar. Llegada la segunda noche, el padrino o madrina repetían la ceremonia de elegir una nueva víctima, y así cada altar tenía su padrino, y como cada uno de estos deseaba mejorar lo hecho por su predecesor, solía suceder que la última noche terminaba la fiesta con una magnífica cena y un baile a toda orquesta.

Los altares de la Cruz de Mayo

Las Fiestas del Santo Patrón

Cada pueblo tenía su santo patrón, en honor del cual había anualmente un especial día de fiesta, que todos los habitantes del pueblo y de las cercanías celebraban con ceremonias religiosas en la iglesia del lugar, y luego con juegos, bailes y deportes, en los que tomaban parte las mujeres, cuando no de manera activa, como espectadoras. Generalmente se formaban dos bandos en el pueblo, cada uno adoptando como distintivo un lazo de determinado color, que es el que le daba nombre al bando. Cada bando nombraba una reina, escogida por su gracia, belleza y distinción, y se consideraban sus vasallos todos los que al bando pertenecían, celebrándose en su honor diversos juegos y diversiones. Cuando de las diversas contiendas resultaba un bando vencedor, el vencido debía rendir homenaje a la reina rival. Esta tradición aún se celebra en lugares como Remedios y Majagua, donde bandos rivales del mismo pueblo se enfrentan en amistosas fiestas para ser escogidos como los vencedores cada año.

Las Fiestas del Santo Patrón

Escrito por | Redacción TodoCuba

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