¿Se permuta el cine cubano?

viernes, 9 de junio de 2017

Gloria aspira a permutar su casa para una zona de La Habana mucho más acorde al nuevo estatus social de ella y su hija Yolanda. Este es, agrandes rasgos, el argumento de un filme de Juan Carlos Tabío devenido en clásico del cine cubano.

Producido en 1983, contó con la actuación de un importante elenco de actores cubanos, entre ellos Rosita Fornés, Mario Balmaseda, Mirta Ibarra, Ramoncito Veloz y Manuel Porto.

Yolanda, la hija de la promotora del intercambio de viviendas, recayó en una muy joven Isabel Santos, en su primera actuación en la pantalla grande luego de graduarse de la Escuela Nacional de Arte.

El filme fue considerado uno de los más significativos del año 1984 por parte de la Crítica y entre otros reconocimientos recibió el tercer premio Coral del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y el Premio a la Mejor Actuación Femenina para Isabel Santos, otorgado en el Festival de Cine, Televisión y Video de Río de Janeiro, en Brasil.

La comedia, de elevado nivel estético, revela algunas de las contradicciones imperantes en la sociedad cubana de la época, donde una parte de sus integrantes aspiraba a diferenciarse del resto mejorando sus condiciones de vida. Ese es uno de los hilos conductores que llevará a la protagonista por los más increíbles caminos hasta convertir un simple canje de viviendas en un verdadero juego de ajedrez, donde no debía fallar uno solo de los intercambios para poder alcanzar su objetivo final.

En Se permuta, Juan Carlos Tabío apela a la comedia de situaciones, hilvanando una serie de conflictos que culminan con un gran enredo del que parece nunca salirse. La simplicidad de un acto se convierte en toda una odisea para sus ejecutores. Ahí radica uno de los encantos del filme: divertir, entretener y poner a pensar sobre las aspiraciones del ser humano en medio del complejo entramado social donde debe desenvolverse.