El Teatro de los Aborígenes Cubanos y su Areito

sábado, 20 de julio de 2019

El teatro de los aborígenes cubanos tuvo su origen en la ceremonia conocida como areíto, este acto constituyó la forma de representación que llevaban a cabo nuestros nativos.

Areíto, es de uso en el vocablo antillano originario del arauco, que significa «ensayar y recitar»

La principal manifestación artística que recogía era el canto, pero también se bailaba. Todo el ritual era colectivo, participaba la tribu entera sin importar su función en el clan, y la actividad podía durar varias horas.

Tal como pasó en otras culturas precolombinas, El teatro de los aborígenes cubanos formaba parte de un acto, mediante el cual relataban sucesos acaecidos.

Sirvió para narrar las proezas, logros y acontecimientos de los aborígenes, y así hacer que los mismos fueran pasando de generación en generación, incluso, que fueran del conocimiento de clanes vecinos del Caribe.

Según la información que aportan los conquistadores españoles, podemos conocer de las ceremonias teatrales cubanas.

Por ejemplo, para rogar por la victoria militar hacían danzas guerreras, las fúnebres para pedir la felicidad de los muertos y las de agradecimientos por las buenas cosechas.

Cada una de ellas tenían cantos propios y la pantomima la desarrollaban a partir del tema escogido.

Además, el areíto, tenía una función económica, pues era la vía de congregar a toda la tribu para un trabajo en colectivo.

Este podía ser la siembra, la elaboración de una casa, una canoa, o la realización de una gran ceremonia religiosa que confirmase las cosechas o las lluvias y así como que alejase los desastres naturales como el huracán y otros.

A diferencia de como sucedía en México, Guatemala, los areitos carecían de un verdadero teatro para representar los bailes.

El maquillaje de los actores era a base de plumas y flores, con sus cuerpos pintados de rojo y negro.

Cabe destacar que los hombres se adornaban más que las mujeres: estas participaban sin pintura.