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Restaurantes habaneros que radican en edificaciones con más de 3 siglos

Varios inmuebles habaneros, construidos hace más de tres siglos como viviendas, albergan en la actualidad restaurantes. Entre cada trago que se beba o bocado que se coma se puede disfrutar del olor que el tiempo ha impregnado en sus paredes. Aquí les dejo tres lugares que pueden disfrutar en La Habana, si están de paso o en ella habitan, donde la gastronomía solo será un pretexto para admirar la historia.



Casa de La Parra – Restaurante Hanói

Esta pequeña casa, de constructor desconocido, se encuentra ubicada en la calle Bernaza esquina Teniente Rey, en la turística Habana Vieja. Data de la primera mitad del siglo XVII pero su aspecto austero y la distribución elemental de locales alrededor de un patio de reducidas dimensiones son características de construcciones de finales del siglo XVI. Es la clásica representación de la arquitectura simple en la que eran elementos frecuentes la ubicación de un cuarto esquinero en la planta alta y la existencia de un comercio en la planta baja. Su nombre de antaño se los debía a un árbol de este nombre que creció aferrado al muro del patio interior. En 1985 fue sometida a un proceso de restauración que le mereció el Premio Ciudad de La Habana a una Obra de Rehabilitación. Incluyó el rescate de elementos originales, la reconstrucción de algunos que ya no existían y los nuevos espacios construidos se integraron de forma armonice a las características originales de la casa, de estos nuevos elementos descarta la escalera interior que conduce a la segunda planta.

En la actualidad allí radica el Restaurante Hanói, enclavado en la Plaza del Cristo y especializado en comida criolla, aunque en otros tiempos su especialidad era el arroz frito vietnamita. El encanto colonial que le aporta el espacio donde está ubicado revive la tradición de las antiguas fondas habaneras de la Republica, donde los platos se servían de manera abundante pero sin dejar de lado la buena calidad y los precios modestos. Sus puertas están abiertas al público todos los días desde las 12 del mediodía y hasta bien entrada la noche, donde el buen ambiente y la música, casi siempre en vivo, le acompañaran la velada.

Casa de La Parra – Restaurante Hanói

Casa del Marqués de Aguas Claras – Restaurante El Patio

Esta mansión colonial, cuya construcción duró más de veinte años, fue levantada por un arquitecto que se desconoce entre 1751 y 1775 y pertenecía al Marqués de Aguas Claras. Ubicada en la calle San Ignacio esquina Empedrado, en los laterales de la Plaza de la Catedral, es una de las construcciones de mayor interés arquitectónico de La Habana del siglo XVIII. Su famoso y turístico portal fue levantado con posterioridad al núcleo original de la vivienda. La complejidad de su elaborada portada, en comparación a las otras casas cercanas, la hace destacar en su entorno. En la azotea, un área cerrada al público en la actualidad, se ubicaban los cuartos de los esclavos y un local que algunos suponen seria la habitación del jefe de la servidumbre. Originalmente la fachada de la planta alta, que daba a la Plaza de la Catedral, tenía varios huecos de luz que fueron tapiados y nunca han sido restaurados en ninguna de las intervenciones a las que ha sido sometido.

Allí radica el restaurante El Patio, un centro emblemático del tradicional arte culinario cubano y enclavado en el corazón del Centro Histórico-Turístico de la Habana Vieja. Sus vistosos vitrales y el patio central con su preciosa fuente, que alberga pequeñas jicoteas, son dos de sus atractivos. Está dividido en varias áreas, en el portal se encuentra un snack bar y en el patio interior se el Salón La Fuente. Su Salón Marqués está destinado a alimentos cocinados en parrillas y el Salón Aguas Claras es ideal para cenas privadas y reuniones de negocio. La capacidad de toda la instalación es para 340 comensales y abre sus puertas desde las 12 del mediodía hasta las 12 de la medianoche.

Casa del Marqués de Aguas Claras – Restaurante El Patio

Torreón de la Chorrera – El Mesón de la Chorrera

Ubicado en la desembocadura del rio La Chorrera, hoy Almendares, al oeste de La Habana, formó parte del sistema defensivo de la ciudad, habiéndose ordenado su construcción simultáneamente con la del fuerte de Cojímar, para reforzar la protección a ambos lados de la entrada de la bahía. Fue construido bajo la dirección de Juan Bautista Antonelli aproximadamente en el 1645 y está declarado Monumento Nacional de la Isla de Cuba. Es una sólida edificación de piedra en sillares, con planta rectangular y estructura cerrada. Posee dos niveles, con la escalera separada del bloque construido por un puente. En uno de sus ángulos tiene una garita que, conjuntamente con el diseño peculiar de su escalera y lo acertado de sus proporciones, le confiere a la obra una hermosa composición.

En la actualidad allí radica el Mesón de la Chorrera, un lugar que ofrece unas magníficas vistas, si el clima lo permite porque cuando hay brisas fuertes las olas se estrellan sobre el muro que lo rodea imposibilitando disfrutar de su gastronomía. Su ambiente de leyendas está decorado con cañones y armaduras de La Habana colonial y ofrecen una deliciosa comida criolla acompañada de los famosos litros de cerveza artesanal, que se ofertan en las conocidas cervecerías de la Habana Vieja. El mejor horario para visitarlo es cayendo la tarde, cuando podrás ver como el sol se oculta bajo las aguas del Malecón.

Torreón de la Chorrera – El Mesón de la Chorrera

Escrito por | Redacción TodoCuba

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