¿Recuerdas estas pizzerías de La Habana?
lunes, 17 de junio de 2019
El gusto por la comida italiana en Cuba es tan extendido como el amor hacia otros alimentos, mucho más criollos y autóctonos. Las pizzerías nunca han faltado, y a cada rato surge una nueva.
Sin embargo, en la memoria del capitalino quedan guardadas algunas emblemáticas, devenidas incluso en icónicas de la capital, por su servicio o sus precios, su estética o su ubicación.
Aquí una lista de algunas de Las pizzerías de La Habana:
Buona Sera
Ubicada en 23, esquina I, la Pizzería Buonasera les da la bienvenida a los cubanos desde hace varias décadas.
El pasado año, la emblemática cafetería –especializada en comidas italianas- fue renovada y rescatado su diseño original.
Ahora, le otorga una nueva estética a La Rampa, con su terraza donde meriendan habaneros de todas las edades.
Sus ofertas se reducen casi siempre a pizzas y espaguetis, pero sus precios resultan módicos, tanto antes como ahora.
Cineccittá. Otra de Las pizzerías
Recto por 23 y llegando a 12 se encuentra Cinecittá.
La pizzería rinde homenaje con su nombre a los estudios de cine italianos homónimos, los primeros de Europa, donde se grabaron películas legendarias como La Dolce Vita (1960) de Federico Fellini, el Nombre de la Rosa (1986) o Gladiador (2001).
Pero en el Cinecittá cubano no se hace cine, se sirve espaguetis, ensaladas, lasañas, canelones, pizzas y otros platos “italianos”, siempre en moneda nacional.
La decoración rinde tributo al séptimo arte, con una amplia colección de afiches, pósters y objetos de películas clásicas italianas y cubanas.
Vita Nova
Detrás del Coppelia, por la esquina de L, Vita Nova también luce hoy una imagen renovada.
La pizzería original ha cedido no solo a una nueva decoración, sino también a un nuevo menú e incluso un nuevo concepto: ahora es un bar-restaurante, donde la comida italiana está presente pero no es la única.
Montecatini
También en el Vedado se ubica la pizzería Montecatini, la cual solo aquellos que sobrepasen los 30 o cuarenta años podrán recordar en su esplendor.
Sus pizzas eran un motivo más que suficiente para llegarse hasta la esquina en que se encontraba.