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Matanzas Béisbol Club

 Potencialmente había varios aspectos a destacar a la hora de analizar la Serie Nacional de Béisbol en su quincuagésimo sexta edición, aun saltándonos el debate de la recién concluida Serie del Caribe.



Uno, fue el sorprendente paso de Camagüey, para muchos de lo mejor del campeonato hasta su declive producto del rodar del campeonato, los refuerzos y las lagunas a causa de la juventud e inexperiencia; el otro, la victoria categórica de Granma para terminar con una hegemonía avileña que amenazaba en hacerse dinastía o tiranía, cada vocablo a gusto de quien lo use.

Pero al final, el otro asunto, el más álgido,  fue el de un equipo de Matanzas de otra galaxia que no pudo alzar el campeonato, quedándose a las puertas otra vez. Y en esta ocasión, algo más lejos.

A lo largo de los años, desde que el explosivo y siempre polémico Víctor Mesa Martínez tomó el mando de los Cocodrilos, el equipo mudó de aires y comenzó a dar aldabonazos importantes en la pelota cubana, cambiando radicalmente la cara de un conjunto golpeado por la indisciplina que no levantaba cabeza.

No solo se percibió el cambio en el comportamiento del equipo en el terreno, sino también en los entrenamientos, apariencia del Victoria de Girón, iniciativas desde la significativa mascota del equipo hasta la venta de suvenires asociados al elenco de casa que fue desde llaveros e incluso hasta tarjetas de los jugadores, como en 1994 con las tarjeticas de la Serie Selectiva. En definitivas, una inyección de adrenalina para un paciente que agonizaba.

Pero, parafraseando una idea que recuerdo de un texto del cual sí he olvidado el nombre, diré que algo está podrido en Matanzas… y puede que esté a punto de explotar.

Lo que antes era motivo de alegría se está convirtiendo ahora en razón de descontento y escepticismo: el conjunto de la Ciudad de los Puentes comenzó la campaña más reforzado que nunca, con las incorporaciones de Juan Miguel Vázquez y Yordanis Samón, de Cienfuegos y Granma respectivamente, hombres que quitan los pocos espacios que quedaban para el desarrollo de atletas locales.

Ahora, con la salida de Víctor Mesa de la dirección, puede suceder que algunos de estos atletas, a los que les unía a la provincia el compromiso con el mánager abandonen la disciplina de los Cocodrilos.

Hablamos de un equipo yumurino que llegó a contar en los últimos años con cuatro talentos de pura cepa en las filas del equipo nacional como lo fueron Guillermo Heredia, Yadier Hernández y José Miguel Fernández, manteniéndose Yoannis Yera y un menos suertudo Ariel Martínez con capacidades sobradas para hacer un Cuba en el estado de nuestro béisbol, que ha echado mano a mansalva de otras provincias, saqueando a algunas y dejando a otras peor de lo que estaban.

Ahora, con la salida de Víctor Mesa de la dirección, puede suceder que algunos de estos atletas, a los que les unía a la provincia el compromiso con el mánager abandonen la disciplina de los Cocodrilos. -todocuba.com

Matanzas llegó a contar (incluyendo los refuerzos) con 26 peloteros importados, de los 37 de la plantilla. Algunos no saltan tanto a la vista, pues se les conoce solo por sus actuaciones con este conjunto, como es el caso de Aníbal Medina (Corralillo), Víctor Víctor Mesa (Santa Clara), Yasiel Santoya (Yaguajay), Dayron Durán (Regla) o Javier Delpino (Plaza), hombres que poco o nada jugaron con sus equipos y se vieron prescindibles, libres de decidir su destino.

Pero otros no. Jonder Martínez,  de 21 Series Nacionales contando la presente, hubiera sido hombre necesario para un elenco de Artemisa que luchó en un inicio (ya lejano) por un puesto entre los ocho primeros. William Luis, por otro lado, es un jugador que significaría mucho igualmente para un Camagüey que regresa por sus fueros y quizás si hubiera tenido a este atleta junto a Leinier Ricardo, el reaparecido Alexander Ayala, Dayron Blanco y Norge Luis Ruiz no hubiera decaído tanto en su rendimiento. Aunque admitiré que este último caso puede antojarse una gran especulación  partiendo de que los agramontinos venían cuesta abajo desde hace varios años…hasta ahora.

Ramón Licor, Irandy Castro, Yosvani Pérez, Adrián Sosa y Yoandry Ruiz son otros que están ocupando lugar fuera de sus respectivas provincias y han deteriorado muchísimo a los ya necesitados staff de lanzadores de su terruño. Como diría un comentario que escuché: “Villa Clara, cuando pierde a su abridor, no tiene mucho de donde escoger”. Interesante, ¿no? Pocos elencos tienen de dónde.

Lo escandaloso llega con las últimas dos incorporaciones: la de Samón (14 Series, .334 de average), que deja débil a un Granma que no contó con Alfredo Despaigne hasta los play off; la de Vázques (13-.279), fue quitarle un jugador revulsivo a un Cienfuegos que desde hace mucho, cuando perdió a Abreu, Arruebarruena, Puig, Quesada y compañía, está lejos de su mejor performance.

No vamos a negar que quizás fue Industriales quien comenzó con las incorporaciones “de calibre”, al traerse a los hermanos Gourriel, pero…ya sabemos cómo comenzó y terminó la historia: los Azules se mantuvieron lejos de ganar un título nacional y el tiro, como demuestran los actuales destinos de los hermanos, salió por la culata.

Cierto es  que Matanzas necesita ganar para sacarse de arriba algo que ya parece una maldición. ¿Pero a qué precio? ¿Dejando sin oportunidades a los jóvenes matanceros que pudieran tener espacio en el equipo? ¿Y ahora que Víctor deja el Victoria de Girón con el fracaso de su proyecto “matancero” que no dio la clarinada del título? ¿Qué será del béisbol en la Atenas de Cuba? ¿De nuevo al abismo y por cuánto tiempo? ¿Ese es el precio a pagar de la ya mediocre pelota cubana por el capricho de un hombre y su championismo? ¿O es que el único territorio con derechos para aplicar a trocha y mocha el profesional concepto de franquicia es el que se extiende entre Mayabeque y Villa Clara con una playa llamada Varadero?

Cierro entonces con una frase de la que sí se me antoja recordar el autor: saque usted sus propias conclusiones, pues con cuerpo  de dirección nuevo para la Serie 57, quizás el invierno sea largo en esta provincia. 

Por: Gabriel L. García Galano

Escrito por | Redacción TodoCuba

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