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¿Cómo eran los Rent Room cubanos del siglo XIX?

Quien visita hoy día La Habana puede elegir entre hospedarse en un hotel o en casas de alquiler, las cuales, con el auge reciente del turismo, precisan de condiciones igual de lujosas o mejores que algunos hoteles. Sin embargo, las hospederías habaneras no siempre fueron de este modo.



Fue la edición de 1840 del Directorio de Yones, también conocido como el Directorio de La Habana y Extramuros, la fuente que publicó los primeros anuncios de casas de huéspedes en La Habana.

Entre ellas estaba la casa de los señores Cuney y Fulton, en la calle Obrapía número 119 y muy cerquita de esta, la residencia administrada por  Doña Clara F. Cutbush, quien un año después trasladó su establecimiento para la casa número 10 de la calle Obispo.

Asimismo, otro ejemplo era el número 72 de dicha calle, morada de Doña Agustina Delgado.  Por último y sin precisar direcciones, se presume en el directorio la existencia de las residencias de las señoras María Concepción, Henry y Madama Hervy que se ejercían como dueñas de iguales establecimientos.

Si bien no aparecen referencias explicitas de muchos hoteles habaneros, las casas de huéspedes también resultaban escasas para una ciudad que albergaba una población de algo más de cien mil habitantes y recibía numerosos grupos de personas foráneas como del interior del país.

Rebasada la primera mitad del siglo, la calidad de los servicios continuaba siendo un punto débil para las hotelerías habaneras. Sin embargo, el crecimiento de visitantes continúo e impuso la adopción de nuevas ofertas y alojamientos, muchos de los cuales asumieron el gusto norteamericano.

Fue la edición de 1840 del Directorio de Yones, también conocido como el Directorio de La Habana y Extramuros, la fuente que publicó los primeros anuncios de casas de huéspedes en La Habana. -umbrellatravel.com

Los empresarios extranjeros dominaron el sector hotelero de la ciudad, esto resultaba un hecho incuestionable. Su influencia se hacía sentir, administraban las mejores casas de huéspedes y las mantenían llenas casi todo el año.

Se empezó a estilar la práctica de arreglar los inmuebles. Los empresarios, convencidos de la importancia de ofertar un servicio hotelero de mayor calidad, no encontraron reparos en invertir en habitaciones decoradas y cómodas, también mejoró la relación cliente-huésped y el servicio gastronómico.

Asimismo, se empezaron a dar visibilidad a las hospederías habaneras a través de anuncios publicitarios en periódicos y revistas. Así, en 1851 el periódico Faro Industrial de La Habana anunciaba la reapertura de dos nuevos hoteles en la ciudad: el Hotel de la Noble Habana y el Hotel de la Unión.

Y apenas un tiempo después, apareció también en el mismo periódico, uno de los primeros anuncios en inglés sobre una casa de huéspedes, propiedad de una norteamericana.

En lo adelante no faltarían la promoción de casas de huéspedes al estilo norteamericano. Incluso, muchos paraderos administrados por criollos o españoles adoptaron su confort a los gustos del mercado norteamericano, ya sea imitándolos o tomándolos como paradigmas.

Por: Alejandra Angulo Alonso

Escrito por | Redacción TodoCuba

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