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El Floridita, en La Habana, Cuba
Juanalbgp / Wikimedia

¡Las 32 curiosidades que necesitas saber sobre El Floridita!

El Floridita funciona desde 1817 y se hizo mundialmente famoso gracias al escritor y periodista Ernest Hemingway, quien acostumbraba visitarlo con regularidad. Su eslogan es «La cuna del daiquirí» y el propio Hemingway acrecentó su fama con una frase que atrajo a turistas de todo el planeta: «Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en La Floridita».



Este escritor terminó por convertirse en el principal atractivo turístico para visitantes que llegan de todo el mundo a conocer el Floridita, al punto en que una estatua de Hemingway acodado en el extremo de la barra es la gran atracción del bar. A continuación te listaremos algunas curiosidades relacionadas con el lugar que quizás no conozcas.

Curiosidades de su historia

El Floridita
Fachada de El Floridita. Fuente: Gorupdebesanez / Wikimedia (CC BY-SA 3.0).

1. El lugar donde hoy se encuentra El Floridita fue en sus comienzos, hace más de dos siglos, una bodega muy visitada por los cocheros de punto que adquirían allí la harina que mezclada con agua daban a sus caballos. La bodega como tal estaba poco surtida, pero entre aquella agua, que las bestias bebían en el mismo sitio, y la cantina, sus propietarios hicieron una bonita fortuna que les permitió retirarse ricos. Terminarían vendiendo el espacio que se convertiría en «La Piña de Plata»

2. El Floridita surgió de la idea de un avispado comerciante español, quien abrió en la céntrica esquina de Obispo y Monserrate de La Habana un bodegón al que nombró «La Piña de Plata». Fue fundada en 1819 y se ubicaba a la vera de una de las puertas de la muralla que entre 1797 y 1863 rodeaba y protegía la primitiva, modesta, sencilla, patriarcal y pequeña ciudad de San Cristóbal de La Habana.

3. En sus inicios, aun llamándose “La Piña de Plata”, además de bebidas alcohólicas se podía calmar la sed con zumos, batidos de leche, una bebida con sabor a almendras llamada horchata y refrescos a base de frutas.

4. A finales del siglo XIX se vendieron allí las primeras combinaciones o mezclas simples de ron, ginebra, vermut o coñac, que terminaron siendo los antepasados de los clásicos cócteles internacionales.

5. El bodegón “La Piña de Plata” se transformó durante la intervención militar de Estados Unidos en el cuartel general de los buenos catadores norteamericanos y sus cantineros fueron poniendo una nota de modernidad en las simples bebidas primitivas.

6. En 1898, “La Piña de Plata” cambia su nombre por “La Florida”, con el objetivo de atraer a los visitantes cada vez más numerosas de los Estados Unidos, que pasaban por la península de la Florida.

El cambio de nombre a El FLoridita

Cartel de neón de El Floridita
Cartel de neón de El Floridita. Fuente: Nevit Dilmen / Wikimedia (CC BY-SA 3.0).

7. En sus comienzos “La Florida” era un bar abierto a pie de calle desde el que se podía disfrutar de los olores, colores y el fresco nocturno, o simplemente observar el continuo ir y venir de transeúntes.

8. Algunos dicen que el bar La Florida paso a ser El Floridita «por dejarse querer» pero la verdadera razón del cambio de nomenclatura se debió a que había otro bar famoso en la época, el del Hotel Florida, en la calle Obispo, y los propios clientes sintieron la necesidad de distinguirlos y diferenciarlos.

9. En la década de 1910 se incorporó un área de restaurante, dirigido por el chef francés Jan Lapont. Aunque menos conocido que su barra, su restaurante, especializado en pescados y mariscos, ha recibido importantes premios internacionales por su trabajo culinario.

10. Sus grandes impulsores como negocio fueron anteriormente trabajadores del bar. El catalán Constantino Ribalaigua Vert, Constante como le llamaban sus amigos, fue su cantinero legendario. Junto con dos empleados, el barman Boadas Perera y el chef Jan Lapont, adquirieron el bar en 1918.

11. En la historia, la carta de cocteles del Floridita ha alcanzado la suma de 400 propuestas. Más de la mitad de ellos contaba con jugo de limón entre sus ingredientes. Pero lo curioso es que, mientras el cantinero fue Constantino Ribalaigua, aquellos limones ácidos y jugosos provenían de su propio limonar en el jardín de su casa.

12. De los cocteles cubanos por excelencia cuatro son obra de Constante y fueron creados en la barra del Floridita: El Mary Pickfords y el Havana Special se los sacó de la manga, el primero, para rendir homenaje a la célebre  actriz norteamericana, y dio al segundo el nombre con que una naviera identificaba los viajes a Cuba desde Cayo Hueso.

El Presidente lo elaboró según la formulación del general Mario García Menocal. Al daiquirí, que nació en las minas del mismo nombre en Santiago de Cuba y que hasta entonces se preparaba a rumbo, le aportó las medidas exactas y, sobre todo, el hielo frapé, con lo que le dio el toque mágico que hoy lo distingue y lo dotó de su carta de ciudadanía internacional.

La barra original

La barra de El Floridita es la original. Fuente: Tony Hisgett / Flickr (CC BY-SA 2.0).

13. La barra de caoba de 10 metros de largo y los mismos frisos corintios de su inauguración permanecen hasta hoy. El estilo británico Regencia y la decoración de El Floridita se remontan a la década de 1950. De esa misma época son la carpintería, las lámparas y las pinturas en las paredes.

14. En 1953, revista “Esquire”, lo calificó como uno de los siete mejores bares del mundo, junto con el Pied Piper Bar en San Francisco, el Ritz de París y Londres, Raffles, en Singapur, el Club 21 en Nueva York y el bar en la Shellbourne Hotel en Dublín. En la publicación se podía leer: «El bar Floridita, en la Habana, Cuba, es una institución de probidad, donde el espíritu del hombre puede ser elevado por la conversación y la compañía. Es una encrucijada internacional. El ron, necesariamente, domina, y como en el caso de muchos grandes bares, el estímulo de la presencia de un hombre famoso presta una atmósfera especial, una sensación de amistosa filosofía por la bebida: el residente cubano Ernest Hemingway.”

15. Su eslogan es «La cuna del daiquirí» y el propio Hemingway acrecentó su fama con una frase que atrajo a turistas de todo el planeta: «Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en La Floridita».

16. En Inglaterra se encuentra el bar Floridita London, en España el Floridita Madrid, y en California, Estados Unidos, El Floridita Restaurante, que emulan el ambiente cubano de su homónimo habanero, con su «perfecta mezcla de glamour y decadencia de una era pasada». El Floridita Dublin, en Irlanda, también homenajeó la famosa esquina de Obispo y Monserrate, pero finalmente cerró sus puertas.

17. Originalmente, el bar contaba con dos barras y el piso era de dos colores. Eso fue antes de su remodelación en los años 50 del pasado siglo, cuando se instaló el aire acondicionado al local.

18. El Trio Taicuba, fundado el 15 de agosto de 1947, ha sido el grupo musical que por más tiempo amenizó las tardes y noches del Floridita. Por más de 50 años fueron la imagen musical del lugar.

La presencia de Hemingway

Escultura de Hemingway en el Floridita
Escultura de Hemingway en el Floridita. Fuente: Pxfuel

19. Una escultura a tamaño natural de Hemingway recostado a la barra es obra de Villa Soberón. Un busto, realizado por Boada, flanquea la banqueta en la que acostumbraba a sentarse el novelista para tomar su trago favorito, «el Papa Special».

20. Cuando Hemingway visitaba el lugar se tomaba varias copas de daiquiri y se llevaba otro par en un termo para el camino. A veces se lo servían en una copa especial -previamente helada- que iba bebiendo mientras el chofer lo conducía hasta la cercana Finca Vigía, la casa que tenía en las afueras de La Habana.

21. Hemingway, su más representativo cliente, ocupó durante 20 años la misma butaca del bar. Hoy está separada por una cadena. Siempre lo esperaba un fresco daiquiri a su estilo, que terminó por llamarse Papa Hemingway.

22. En 1991 El Floridita fue totalmente remodelado, aunque respetando todos los elementos originales que lo hicieron famoso, incluido el busto de Hemingway y la barra.

23. El mural del restaurante del Floridita recrea el ambiente de la bahía de la Habana a principios del siglo XVIIII. Fue realizado por David M. de Armas. Entretanto, el mural ubicado en el fondo de la barra recrea la Bahía de la Habana en la época de corsarios y piratas.

El Floridita y la literatura

El área del restaurante
El área del restaurante. Fuente: Tony Hisgett / Flickr (CC BY-SA 2.0).

24. El Floridita y el Daiquiri han sido inmortalizados en la literatura en más de una ocasión. Tal vez la más detallada descripción fue escrita por el propio Hemingway. Su libro “Islands in the Stream” ofrece un retrato del bar donde pasó largas horas de su vida. “La bebida no podía ser mejor, ni siquiera parecida, en ninguna otra parte del mundo… Hudson estaba bebiendo otro daiquirí helado y, al levantarlo, pesado y con la copa bordeada de escarcha, miró la parte clara debajo de la cima frappé y le recordó el mar”, escribió entonces.

25. En 1992 se le concede el Premio Best of the Best Five Star Diamond Award de la Academia Norteamericana de Ciencias Gastronómicas como el Rey del Daiquirí y Restaurante especializado en pescados y mariscos más representativo.

26. En el año 2013 al lado de la estatua de bronce de Ernest Hemingway se reunieron seis «clones» del escritor norteamericano. Barba blanca, chaqueta de cazador, camisa blanca e imponente físico los caracterizaban. La escena formó parte del 14 Coloquio Internacional dedicado al autor de El Viejo y el Mar, que por esos días se celebraba en el hotel Palacio de O’Farrill, del centro histórico de La Habana.

27. El Floridita posee un Record Guinnes al prepararse en el año 2012 en honor al escritor Ernest Hemingway el daiquiri más grande del mundo. Se prepararon 275 litros de la bebida. Para ello tuvieron que trabajar más de 30 cantineros que se turnaron para usar las 12 batidoras durante 30 minutos cada uno, además de 88 botellas de ron.

28. El Floridita ha sido punto de encuentro durante años de los más selectos visitantes que han conocido La Habana y también de sus más ilustres figuras, los que han disfrutado de su excelente coctelería. Por su barras y mesas pasaron personalidades como Giorgio Armani, el boxeador Rocky Marciano, los escritor Tennessee Williams y Jean-Paul Sartre, el director de cine Francis Ford Coppola, la actriz italiana Ornella Muti, el diseñador de moda francés Paco Rabanne y los Duques de Windsor, entre otros.

29. Los cocteles más vendidos de su amplia carta son el Papa Hemingway, el Daiquiri Floridita, el Daiquiri Mulata, el Daiquiri Rebelde, el Daiquiri Clásico, el Presidente y el Havana Especial.

Bartenders en competencia

El daiquirí de Hemigway y sus ingredientes
El daiquirí de Hemigway y sus ingredientes. Fuente: Achim Schleuning / Wikimedia.

30. Desde el 2015 se ha celebrado cada año en el lugar una competencia internacional con la participación de bartenders de varios países del mundo. Se trata de elegir al nuevo «Rey del Daiquiri». Los aspirantes tienen cinco minutos para elaborar cinco copas. Preparan dos cocteles tradicionales del Floridita, escogidos al azar. Luego deben preparar la receta clásica del famoso trago, elaborado a partir de zumo de limón, hielo frappé y ron, en este caso Havana Club 3 años. Este certamen permitió por primera vez en 60 años que un «barman» o cantinero de Estados Unidos elaborara un coctel en El Floridita.

31. Además de los reconocimientos mencionados anteriormente, tiene grandes premios: en 1991 conquistó el Best of Best, Academy Awards of the Restaurant Industry, en Estados Unidos; en 1995, el Vigésimo Gold Award for Tourist, Hotel and Catering Industry, en la Fitur de Madrid; y en 1996, el Décimo Golden Europe Award For Quality, en París.

32. Dentro del bar se filmaron escenas de la película «Papa: Hemingway en Cuba». Este largometraje se realizó con el permiso de los gobiernos de Estados Unidos y Cuba. Esto fue antes de que se restablecieran las relaciones diplomáticas entre ambos países. Se trata del primer largometraje filmado en la isla con director y actores estadounidenses. Ya antes, otras producciones norteamericanas se han rodado en Cuba, como el documental de 1999 «Buena Vista Social Club», de Wim Wenders.

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Escrito por | Redacción TodoCuba

Fuente: Archivo TodoCuba

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