José Joaquín Castillo Duany, el primer cubano en el Polo Norte

martes, 4 de julio de 2017

Por la playa de Boca Ciega, en el litoral este de La Habana, desembarco sin ser descubierta una expedición que apoyaba a los cubanos en la guerra de 1895. Había sido exitosamente organizada desde la migración en los Estados Unidos por José Joaquín Castillo Duany, patriota santiaguero y médico. A él Antonio Maceo le confió importantes misiones y Calixto García lo tuvo bajo su mando, pero este patriota llego aún más lejos, literalmente, en fecha tan temprana como 1881 participó en una expedición hacia la zona del Ártico, muy cerca del delta del Rio Lena, en el extremo norte de la Siberia rusa.

Duany había nacido en Santiago de Cuba el 22 de diciembre de 1858, en esa ciudad cursó sus estudios primarios hasta 1868 cuando junto a su hermano fue enviado a continuarlos en Francia. Luego viajó a los Estados Unidos para terminar su preparación académica donde escogió la carrera de medicina y cirugía, de la que se graduó en 1880 en la Universidad de Pensilvania. Se alistó como médico en la Marina de Guerra de los Estados Unidos, y desde ese puesto se enroló voluntariamente en una misión de salvamento que lo llevaría hasta el mismísimo Polo Norte.

En Julio de 1879 el propietario del diario The New York Herald obtiene un permiso del gobierno americano para alistar una expedición que rescatara el geólogo y geógrafo sueco Adolf Heiss, quien un año antes había zarpado desde Noruega con el propósito de bojear el Océano Ártico. Su barco quedó atrapado en el estrecho de Bering y allí permaneció sin moverse durante un año, hasta que el deshielo lo liberó y pudo llegar a Alaska. Adolf fue el pionero en alcanzar esta empresa.

Esta expedición de rescate organizada por el dueño del periódico al pasar por el Estrecho de Bering tuvo noticias de que Adolf, el marino sueco, estaba con vida y en ese momento el capitán del Janet, así se llamaba este nuevo barco, tomo una decisión que le costaría la vida a él y a su tripulación. El barco quedó atrapado por el hielo y fue arrastrado hacia la zona de congelación permanente y allí estuvo durante 21 meses, hasta que el 23 de junio de 1881 se hundió, sus hombre habían muerto congelados.

Estamos hablando del siglo XIX y por supuesto las conversaciones no habían alcanzado el nivel que tenemos en el presente. De la tripulación del Janet nada se sabía y es por eso que se organiza una tercera expedición para rescatarlos, allí se enroló Duany. Esta expedición también fue víctima del infortunio y de sus 35 tripulantes solo tres sobrevivieron, el cubano entre ellos. Se unió a la tripulación de manera voluntaria, quizás más llevado por el espíritu aventurero. En junio parten rumbo a Alaska, estando en una zona cercana al delta del Rio Lena, sufren una explosión. La mayor parte de la tripulación se vio afectada, casi todos mueren y de los heridos solo tres corrieron la mejor suerte logrando llegar a territorio de Estados Unidos.

Pero la expedición tuvo sus detalles curiosos y pocos conocidos, y que reflejan el interés de Duany por la investigación científica. En el trayecto que hicieron los sobrevivientes, desde el punto en que tocaron tierra hasta su destino final en Estados Unidos, tuvieron contacto con la población autóctona de esas regiones. Recopilaron información y evidencias materiales de la vida de los esquimales pero no lograron llevarlas a territorio estadounidense por las condiciones que les tocó vivir durante la travesía. Duany, gracias a la experiencia vivida, escribe un libro y que tuvo una acogida favorable para la época en que se publicó.

Al concluir la guerra en el año 1898 y después de participar de forma activa en la Guerra del 95, José Joaquín Castillo Duany es nombrado Director del Hospital Civil de Santiago de Cuba, además por el voto de miles de santiagueros fue electo como representante de  la Constituyente de 1901 pero él no aceptó. Murió en Francia en 1902 a solo un mes de cumplir sus 44 años.