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El Cinódromo de Marianao

Por: Alejandra Angulo Alonso



Todos los habaneros conocen o frecuentan  las instalaciones deportivas del “Eduardo Saborit”, cita en  Quinta Avenida y Calle 146,en la “rotonda de la Playa”, pero de seguro  pocos recuerdan  que este estadio era antiguamente un cinódromo , dedicado a las carreras de galgos  y que se llamaba  El Havana Greyhound Kennel Club.

Más conocido como “el Cinódromo de Marianao “, fue inaugurado el 12 de Julio de 1951 y durante los pocos años en los que funcionó resultó ser una gran atracción, tanto para los cubanos como para los turistas que visitaban la Isla, pues en aquellos tiempos las carreras de canes eran practicadas en muchas partes del mundo pues se les consideraba emocionantes y de buen gusto.

La construcción de la excelente instalación que acogía las carreras de galgos costó a sus promotores medio millón de pesos. Era considerado como uno de los mejores del mundo por su belleza y  funcionabilidad , pero también por la tecnología aplicada en su construcción.

Se cuenta que los perros  corrían detrás de una liebre artificial que rodaba  por un riel colindante con la pista y servía  de estímulo a los canes. Como los animales jamás podían atrapar a la liebre, para terminar la carrera y en la línea de meta  se limitaba la pista con una barrera.

Asimismo, había dos temporadas anuales en las que las apuestas “corrían” más que los propios perros y en las que para este menester era común el uso de los “token”,  una ficha en forma de moneda, acuñada por el Cinódromo  para  sustituir a las “calderillas” auténticas .

Se recoge el dato que en las perreras del cinódromo ubicadas cerca del Mariel llegaron a vivir más de 600 canes , algunos de ellos con premios obtenidos en pistas internacionales y que generalmente eran suministrados por criadores privados.

El Havana Greyhound Kennel Club, empleaba a más de 300 personas para garantizar su perfecto funcionamiento no solo en función de las carreras y el cuidado de los perros, sino también en virtud del sistema de apuestas y recaudo de dinero. Pero se aprovechaba del trabajo casi gratuito de los muchachos de la Casa de Beneficencia, los cuales realizaban a través de un convenio con el director de esta institución benéfica todo tipo de labores por poco menos que la comida.

Después de 1959 esta instalación fue clausurada al ser totalmente  incompatible con el modelo de la nueva sociedad que se comenzaba a construir  , pero a tantas décadas de su prohibición los cubanos observamos con mucha preocupación la nueva versión de explotación a “el mejor amigo del hombre”: las peleas de perros. Estas prácticas desagradables e ilegales , reprobadas por la población cubana en general se practican desgraciadamente en varios municipios habaneros sin autorización gubernamental.

 

Escrito por | Redacción TodoCuba

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