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Droguería Johnson: La farmacia museo de La Habana Vieja

Desde hace más de una centuria, para los transeúntes de la calle Obispo resulta cotidiana la presencia de un inmueble con chaflán esquinero, peculiar por sus grandes vitrinas empotradas a la fachada, y letreros dorados que anuncian: Farmacia Droguería Johnson.



Destinada en sus orígenes a la preparación, conservación y dispensación de medicamentos, esta es una de las cuatro instituciones cubanas de su tipo que se conservan y una de las que for¬ma parte de la red de Museos de farmacia de la Oficina del Historiador de la Ciudad. A propósito del Día del farmacéutico cubano (22 de noviembre), el Dr. Gregorio Delgado, historiador del Ministerio de Salud Pública, impartió la conferencia «Los doctores Johnson en la historia de la farmacia en Cuba».

Siguiendo un orden cronológico, el especialista se refirió a la labor de¬sarrollada por Manuel Johnson Larral- de (1860-1922), Teodoro (1884-1961) y Carlos Johnson Anglada (1887-?); y Margarita Johnson Chufat (1919-?), quienes por varias generaciones ocuparon un lugar relevante «en la enseñanza universitaria y en las investigaciones de las ciencias farmacéuticas en Cuba».

La tradición comenzó por Johnson Larralde. Poco tiempo después de haberse graduado como Doctor en Farmacia por la Universidad de La Habana, funda su propio establecimiento en la década de 1880. Diez años más tarde este «era uno de los más reconocidos de La Habana», constatado así por el gremio farmacéutico. Además de elaborar y expedir medicamentos, sus laboratorios funcionaban como centros prácticos docentes. «Aquí se formaron varios miembros de la familia Johnson, entre ellos los hijos de Manuel: Teodoro y Carlos». El primogénito compartió con su padre la dirección del establecimiento a partir de 1907, el que desde entonces se desarrolló con mayor rapidez y prosperidad económica. Mientras que a Carlos, «su doble formación: farmacéutica y jurídica le permitió ejercer, entre otras funciones, la de asesor legal de la droguería durante tres décadas: 1930-1960».

Ante la necesidad de preservar los valores patrimoniales de la Farmacia Johnson, en 2000 la Oficina del Historiador de la Ciudad inició la restauración capital del inmueble y del mobiliario interior, incluidos los anaqueles originales de madera, confeccionados en el siglo XIX.

El incendio de 2006 destruyó por completo los anaqueles de madera, entre otros elementos del mobiliario farmacéutico pertenecientes al siglo XIX

Un incendio ocurrido el 14 de marzo de 2006 causó considerables daños materiales al local, y obligó a iniciar una nueva reparación, que concluyó en 2012.

 

Escrito por | Redacción TodoCuba

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