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Dolce Dimora, la casa de Napoleón en Cuba

No, Napoleón Bonaparte nunca vivió en Cuba, sin embargo, la Isla sí fue residencia de uno de sus mayores admiradores, quien legó para el mundo una de las más completas colecciones del y sobre el emperador francés, cuyas piezas se encuentran hoy día en el Museo Napoleónico de La Habana.



La casa donde se ubica fue construida entre 1926 y 1927 por encargo del acaudalado político italo-cubano Orestes Ferrara, quien le encargó a la famosa firma de arquitectos cubanos Govantes y Cabarrocas la creación de su vivienda como un palacio renacentista florentino del XVI.

Bautizada como la DolceDimora (La Dulce Mansión), la casa de cuatro pisos conjuga la sobriedad del clasismo renacentista con una cierta imagen de fortaleza medieval, siendo de esta forma, unclaro ejemplo del eclecticismo habanero de la Cuba republicana.

El Museo Napoleónico se fundó el 1 de diciembre de 1961, en el palacete de Ferrara pero con la colección del hacendado multimillonario cubano Julio Lobo Olavarría, a la que se añadieron obras donadas y otras compradas por la institución.

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7 400 piezas pertenecientes a Napoleón Bonaparte o relacionadas con su contexto histórico, se encuentran allí. La colección incluye pinturas, grabados, esculturas, muebles de estilo, trajes, equipo militar y armamento, artes decorativas, objetos históricos y una extraordinaria compilación de libros raros y valiosos en idioma francés, inglés y español.

En las piezas es posible distinguir distintos momentos de la vida de Napoleón: el reinado de los Borbones, la Revolución Francesa, el ascenso de Bonaparte al poder, el Consulado y el Imperio, sus principales contiendes, el destierro en la isla de Elba y la batalla de Waterloo.

La Institución está catalogada como una de las cinco más importantes del mundo y la única de su tipo en Cuba.

Algunas de las obras pictóricas expuestas son “Napoleón prepara la ceremonia de su coronación”, de Jean Vivert; “Napoleón frente a los campos de Boulogne”, de Jean BaptisteRegnault (el mismo de la La Libertad guiando al Pueblo); “Versalles”, de Françoise Flameng; “La Batalla”, de Eugenio Lucas Velásquez; y el “Retrato de Napoleón en la Isla de Elba”, pintado a memoriaen 1814 por Robert Léfèvre como un encargo de la condesa María Walewska, conocida como la esposa polaca de Napoleón.

Entre el mobiliario, se encuentran obras construidas y decoradas por quienes eran considerados los mejores ebanistas, broncistas y orfebres de la época en el mundo, como Georges Jacob y su hijo Georges II, Claude Odiot, favorito de la emperatriz Josefina (esposa de Napoleón) y Pierre Philippe Thomire.

Visitar esta casona es realizar un recorrido por el imperio bonapartista francés y por la vida del propio Napoleón, de quien se expone, incluso, una mascarillas y una muela.

Escrito por | Redacción TodoCuba

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