¡Dale, Cutú, que hay Coco verde en las aventuras!
sábado, 1 de junio de 2019
“Quien venga en son de guerra se las tiene que ver con Los Papaloteros”. Así que “corre, Cutú, dale Cutú”…
Con voces como esa, muchos recordamos aquella histórica aventura que recreaba la Cuba anterior a 1959.
Desde entonces quedó en el imaginario popular el niño santiaguero que vino a La Habana a probar suerte para ayudar a su familia.
Juany sufría la burla de sus compañeros de clase y decide emprender el viaje.
Hacer papalotes con sus amigos fue un método de subsistencia, un entretenimiento, e incluso, una burla al gobierno de turno.
Pedrito fue su amigo y su cómplice.
Valentías como esas quedaron también en la memoria popular con la aventura “Hermanos” (1994), que incluía drama, romance, acción y que, además.
Nos dejó frases que han acompañado el argot popular desde entonces: “Muchachos, cará…”, “Juan Calesero, el que le levantó la mano a su amo”, “Cógelo, Cundo…
” Pero sobre todo aquel grito que estremecía la presentación de la serie y quedó en los sentimientos de todos: “¡Lorenzitoooooooo!”.
Así quedan las historias grabadas en la mente de los cubanos. Dale Cutú
Muchas de ellas han tenido la suerte de volver a las pantallas, como sucedió hace unos años con Blanco y negro ¡no! (1994).
Donde la adolescente que interpretaba Laura de la Uz encontró en su gato.
El cariño y la atención que sus padres no le brindaban: vivían en una casa acomodada donde faltaba el hogar y el amor de familia.
Aquella aventura mostró, por un lado, las alertas sobre la pérdida de valores en la sociedad.
Y por el otro, el potencial de la solidaridad como salvación y regocijo para quien la ofrece y quien la recibe: Cuba quedaba retratada en los difíciles años del Período Especial.
Ya en el 2001 llegaron Felito y Tony: Los pequeños Fugitivos.
Volvían las miradas a los años 50 y renacía el papel de la amistad como triunfo indispensable de la vida.
De esta manera disfrutamos un viaje por toda la Isla, después que los niños tuvieron que salir huyendo de Quiroga y sus fechorías.
¿Quién no recuerda a Bandurria, con sus dientes y su mirada impertinente? Además ¿Quién no recuerda a Malvino Fortuna? y ¿Quién no corrió como Felito y Tony?
Todo ese carácter impetuoso fue la herencia que recibió el director Roly Peña para sacar al aire la gustada serie: “Coco verde” que después de “Enigma de un verano”, volvía con las aventuras de jóvenes enamorados y rebeldes.
Una de las mayores nostalgias que nos dejó “Coco verde” fue la Ciénaga de Zapata y aquellas excursiones gratuitas que hacíamos los televidentes, sentados frente al televisor.
Eran los tiempos en que Lester Martínez, Alain Aranda, Carlos Enrique Almirante, Manuel Porto, Paula Alí, Raúl Pomares y el propio Roly Peña, nos regalaban imágenes increíbles de la naturaleza cubana, en una dramaturgia que le otorgó brillo al espacio de las aventuras, como antaño.
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Escrito por | Redacción TodoCuba
Fuente: Archivo TodoCuba
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