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Los frutos del fecundo amor entre Ernest Hemingway y La Habana

Muchas personas saben que Ernest Hemingway vivió en La Habana en un fecundo amor, pero pocos tienen una medida exacta de la trascendencia de esa etapa en la vida del escritor.



Fue una época fecunda en la que, además de escribir varias de sus grandes obras, vivió y testimonió importantes acontecimientos de la historia de Cuba.

Foto: 14ymedio.com‎

Esa relación de fecundo amor entre el escritor y la capital cubana fue sintetizada genialmente por Armando Cristóbal al decir:

  • “Mientras recorrían el camino entre el placer y la fama, Ernest Hemingway y esta ciudad vivieron una relación de mutua seducción que marcó el destino de ambos”.

Hemingway llegó por primera vez a La Habana en 1928, con solo 29 años.

Al parecer ese encuentro dejó alguna huella.

Pues poco tiempo después comenzó a explorar la corriente del Golfo en busca de parajes para satisfacer su afición por la pesca.

En esas primeras incursiones conoció a Gregorio Fuentes, patrón del yate Pilar, su medio de transporte en las aventuras por los mares cubanos.

En 1932 decidió aposentarse en el hotel Ambos Mundos.

Su estancia en la habitación 511 del hotel se prolongó por casi diez años.

Fue en ese sitio donde comenzó a escribir su novela Por quién doblan las campanas (1939).

La panorámica que desde allí tenía de la ciudad no solo fue deleite para su vista, sino tema de varias crónicas, entre ellas la primera que escribiría sobre Cuba, publicada en el año 1933 en la revista Esquire.

Las luchas de los cubanos en esa época y su sentimiento de simpatía hacia ellos fueron también reflejados por el escritor.

Ejemplo de ello es su obra Las verdes colinas de África (1935), donde describe a la isla como “larga, hermosa y desdichada” y recrea acontecimientos de la lucha contra Gerardo Machado.

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Muchas personas saben que Ernest Hemingway vivió en La Habana, pero pocos tienen una medida exacta de la trascendencia de esa etapa en la vida del escritor. FUENTE: laplumadeltocororo.com

Las maravillas habaneras fueron aludidas en su única obra de teatro, La quinta columna (1938).

En uno de sus bocadillos el protagonista dice: “(…)

  • ¿y has estado alguna vez en el Sans Souci de La Habana, un sábado por la noche para bailar en el patio bajo las palmas reales (…)?”.
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Papa: Hemingway en Cuba, se estrenará en los Estados Unidos el 29 de abril. FUENTE: wearemoviegeeks

Finca Vigía, su verdadero hogar en La Habana, la adquirió en 1940.

Con los dividendos que recibió por los derechos de Por quién doblan las campanas.

En este sitio inició la escritura de su novela El jardín del Edén.

Y un borrador que tituló The Sea Book, el cual nunca concluyó, pero que dio lugar a El viejo y el mar y a Islas en el Golfo, publicada en 1970.

Allí, entre las tribulaciones que ya poblaban su mente, concluyó la obra París era una fiesta, semblanza de los buenos tiempos que vivió en su juventud.

El calor de La Habana no fue suficiente para llenar de paz el inconforme corazón de Hemingway, pero es innegable que el sublime lazo que estableció con la ciudad y su gente fue una fecunda fuente que lo nutrió en su camino a la inmortalidad.

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Escrito por | Redacción TodoCuba

Fuente: Archivo TodoCuba

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