fbpx

Conoce la disparatada historia de Bigote e’Gato

Muchos “personajes” excéntricos existieron en La Habana quienes, como la arquitectura y la historia, formaron en algún momento parte del paisaje urbano.  Hoy, solo a pocos se les recuerda, tal es el caso de aquel que llamaban Bigote e’Gato.



Su verdadero nombre era Manuel Pérez Rodríguez, pero su aspecto estrafalario y los largos bigotes que tenía, los cuales se complacía en retorcer con la punta de sus dedos hasta mantenerlos volteados hacia arriba, le confirieron dicho apodo. Asimismo, siempre usaba una larga y redonda boina roja que complementaba su excéntrico porte.

Bigote e’Gato era un asturiano que llegó muy joven a La Habana. Decía que a esta Isla lo había escoltado el mismísimo Cristóbal Colón, claro está, que realmente lo había traído el buque llamado con el nombre del descubridor.

El 1 de marzo de 1947 abrió su bar tertulia en la calle Teniente Rey 308 entre Aguacate y Compostela, en La Habana Vieja. La propaganda del establecimiento muy sugerente, por cierto, decía: “Conozca a Cuba primero, visite a Bigote e´Gato después”.

En el bar de este asturiano “cubanizado”  concurrían los más estrafalarios y llamativos personajes, puesto que  Bigote E´Gato era amigo del Caballero de París, la Marquesa, Juan Charrasqueao, el Andarín Carvajal, entre otros.

También fue inventor de exclusivos cocteles y tragos tropicales muy raros como “Atila frente a Roma”, “Espérame en el Cielo” y “Cuba en Llamas” y el famoso “Bigote´e Gato”.

Lo cierto es que Bigote´e Gato llegó a ser el presidente del “Club de los Noctámbulos”. El único requisito para ingresar en este era tener entre 18 y 100 años de edad, estar en el bar entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana y, por supuesto, contar con la alegría y disposición para dicha asociación. En este club, a las 3 de la madrugada, el menú ofrecía una “comida criolla”: rabo encendido, lengua estofada y dulce de fruta bomba con queso… ¿el animal? …todavía permanece en duda.

En 1958 presidió el Tribunal de los Locos, programa humorístico de la televisión cubana que le hizo ganar más clientes. Tambié

Conoce la disparatada historia de Bigote e’Gato

Por: Alejandra Angulo Alonso

Muchos “personajes” excéntricos existieron en La Habana quienes, como la arquitectura y la historia, formaron en algún momento parte del paisaje urbano.  Hoy, solo a pocos se les recuerda, tal es el caso de aquel que llamaban Bigote e’Gato.

Su verdadero nombre era Manuel Pérez Rodríguez, pero su aspecto estrafalario y los largos bigotes que tenía, los cuales se complacía en retorcer con la punta de sus dedos hasta mantenerlos volteados hacia arriba, le confirieron dicho apodo. Asimismo, siempre usaba una larga y redonda boina roja que complementaba su excéntrico porte.

Bigote e’Gato era un asturiano que llegó muy joven a La Habana. Decía que a esta Isla lo había escoltado el mismísimo Cristóbal Colón, claro está, que realmente lo había traído el buque llamado con el nombre del descubridor.

El 1 de marzo de 1947 abrió su bar tertulia en la calle Teniente Rey 308 entre Aguacate y Compostela, en La Habana Vieja. La propaganda del establecimiento muy sugerente, por cierto, decía: “Conozca a Cuba primero, visite a Bigote e´Gato después”.

En el bar de este asturiano “cubanizado”  concurrían los más estrafalarios y llamativos personajes, puesto que  Bigote E´Gato era amigo del Caballero de París, la Marquesa, Juan Charrasqueao, el Andarín Carvajal, entre otros.

También fue inventor de exclusivos cocteles y tragos tropicales muy raros como “Atila frente a Roma”, “Espérame en el Cielo” y “Cuba en Llamas” y el famoso “Bigote´e Gato”.

Lo cierto es que Bigote´e Gato llegó a ser el presidente del “Club de los Noctámbulos”. El único requisito para ingresar en este era tener entre 18 y 100 años de edad, estar en el bar entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana y, por supuesto, contar con la alegría y disposición para dicha asociación. En este club, a las 3 de la madrugada, el menú ofrecía una “comida criolla”: rabo encendido, lengua estofada y dulce de fruta bomba con queso… ¿el animal? …todavía permanece en duda.

En 1958 presidió el Tribunal de los Locos, programa humorístico de la televisión cubana que le hizo ganar más clientes. También fue campeón de una carrera de fotingos con su Chevrolet de 1926, que con el que se paseaba los domingos por el Malecón acompañado de hermosas mujeres sobre todo mulatas, sus preferidas.

¡Ay Bigote´e Gato tan loco, pero tan sabio!. -wordpress.com

Pero el 11 de julio del 2003 el hombre, al que todos llamaban Bigote´e Gato, marchó para siempre con su bigote, su pelo largo y la redonda roja boina sobre su cabeza. Y es que este excéntrico personaje no solo provocó una que otra carcajada; también nos dejó profundas reflexiones.  Una prueba de su “ingenio” es su frase: “En cuestiones del amor son los hombres los que pasan más trabajo, porque no es lo mismo abrir un libro que sacarle la punta a un lápiz”.

Fue campeón de una carrera de fotingos con su Chevrolet de 1926, que con el que se paseaba los domingos por el Malecón acompañado de hermosas mujeres sobre todo mulatas, sus preferidas.

Pero el 11 de julio del 2003 el hombre, al que todos llamaban Bigote´e Gato, marchó para siempre con su bigote, su pelo largo y la redonda roja boina sobre su cabeza. Y es que este excéntrico personaje no solo provocó una que otra carcajada; también nos dejó profundas reflexiones.  Una prueba de su “ingenio” es su frase: “En cuestiones del amor son los hombres los que pasan más trabajo, porque no es lo mismo abrir un libro que sacarle la punta a un lápiz”.

¡Ay Bigote´e Gato tan loco, pero tan sabio! 

Por: Alejandra Angulo Alonso

Escrito por | Redacción TodoCuba

Patrocinado por: CubitaNOW - Noticias de Cuba