Cinco cualidades que “delatan” al cubano en cualquier lugar del mundo
sábado, 29 de abril de 2017
A pesar de que Cuba es una pequeña isla en el medio del Caribe, los ahí nacidos se han regado por todo el mundo, más allá de Estados Unidos y España, los destinos migratorios más comunes.
Sin embargo, los cubanos son fácilmente identificables si uno se fija en algunas características sui-géneris como:
- el acento
A pesar de que en la isla hay diferencias en el acento de quienes viven en occidente y quienes viven en Oriente, hay señales que descubren al cubano con solo abrir la boca, tales como el seseo (no diferenciar el sonido de la s y la z como los españoles), y “comernos” la d en las palabras que terminan en ada, -ado, -eda, -edo, -ida, -ido, -uda, -udo, asi como la s al final de las palabras.
- la comunicación no verbal
Otra cosa que nos identifica es que utilizamos casi todo el cuerpo para complementar nuestras palabras, desde la postura, los gestos faciales, el uso a veces exagerado de las manos y brazos. Esto se puede ver tanto en los hombres como en las mujeres y no necesariamente es un signo de marginalidad o falta de educación, aunque a veces se tenga ese criterio, es que somos así.
- el tono y volumen de la voz
Esto podría incluirse en el tópico de la comunicación no verbal, pues el tono y volumen de nuestras conversaciones tienen un carácter expresivo, sin embargo, a no ser que el tema del que se hable sea privado, hablamos alto sin importar quien se entera del “chisme” y en un tono informal y desenfadado, incluso con alguien a quien se acaba de conocer.
- la risa
Si no crees que lo anterior es suficiente, pues la risa es un identificador sin par. El cubano puede estar en un teatro, o en la calle, que si ve algo gracioso se ríe como si no hubiera un mañana. De igual forma, si entras a un bar y en una mesa hay gente riendo y hablando alto, definitivamente son cubanos.
- el baile
Para el final, la señal infalible: el baile. La debilidad por la música de todos los que nacimos en el caimán antillano es tal que incluso caminando, si sentimos un ritmo lo seguimos inevitablemente. Y por otra parte, incluso el menos bailador cuando llega a una fiesta se atreve a “tirar su pasillo”.
Por eso, si llegas a un lugar y vez a alguien bailando, riendo, hablando alto sin inhibiciones y que te saluda como si te conociera de toda la vida, ni siquiera le preguntes: ese es cubano.
Por: Ygritte Padrón
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Escrito por | Redacción TodoCuba
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