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Cinco cualidades que “delatan” al cubano en cualquier lugar del mundo

A pesar de que Cuba es una pequeña isla en el medio del Caribe, los ahí nacidos se han regado por todo el mundo, más allá de Estados Unidos y España, los destinos migratorios más comunes.



Sin embargo, los cubanos son fácilmente identificables si uno se fija en algunas características sui-géneris como:

  1. el acento

A pesar de que en la isla hay diferencias en el acento de quienes viven en occidente y quienes viven en Oriente, hay señales que descubren al cubano con solo abrir la boca, tales como el seseo (no diferenciar el sonido de la s y la z como los españoles), y “comernos” la d en las palabras que terminan en ada, -ado, -eda, -edo, -ida, -ido, -uda, -udo, asi como la s al final de las palabras.

  1. la comunicación no verbal

Otra cosa que nos identifica es que utilizamos casi todo el cuerpo para complementar nuestras palabras, desde la postura, los gestos faciales, el uso a veces exagerado de las manos y brazos. Esto se puede ver tanto en los hombres como en las mujeres y no necesariamente es un signo de marginalidad o falta de educación, aunque a veces se tenga ese criterio, es que somos así.

Sin embargo, los cubanos son fácilmente identificables. -todocuba.org
  1. el tono y volumen de la voz

Esto podría incluirse en el tópico de la comunicación no verbal, pues el tono y volumen de nuestras conversaciones tienen un carácter expresivo, sin embargo, a no ser que el tema del que se hable sea privado, hablamos alto sin importar quien se entera del “chisme” y en un tono informal y desenfadado, incluso con alguien a quien se acaba de conocer.

  1. la risa

Si no crees que lo anterior es suficiente, pues la risa es un identificador sin par. El cubano puede estar en un teatro, o en la calle, que si ve algo gracioso se ríe como si no hubiera un mañana. De igual forma, si entras a un bar y en una mesa hay gente riendo y hablando alto, definitivamente son cubanos.

Los cubanos son un pueblo muy risueño. -youtube.com
  1. el baile

Para el final, la señal infalible: el baile. La debilidad por la música de todos los que nacimos en el caimán antillano es tal que incluso caminando, si sentimos un ritmo lo seguimos inevitablemente. Y por otra parte, incluso el menos bailador cuando llega a una fiesta se atreve a “tirar su pasillo”.

Por eso, si llegas a un lugar y vez a alguien bailando, riendo, hablando alto sin inhibiciones y que te saluda como si te conociera de toda la vida, ni siquiera le preguntes: ese es cubano.

Por: Ygritte Padrón

Escrito por | Redacción TodoCuba

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